27 julio 2009

La imágen del fin de semana. (Nueva sección)

Hace un tiempo que no hago crónicas sobre las carreras de la AAU, será que ya es mucho laburo escribir los viernes, aunque siempre hay algo para contar en cada etapa.
Como el tiempo no alcanza para escribir, voy a intentar resumir el fin de semana en una o dos fotos. Buscaré cada semana entre las fotos que este corredor, cuasi fotografo haya tomado para compartir con ustedes.

Aquí van unas de este finde.

El tren y el color llegó a Florida.


Luego de un receso, siempre es bueno reencontrarse con los amigos.


Ale y Gaby festejando en la llegada el haber completado la etapa sin detenerse a caminar.

26 julio 2009

Siempre es más fácil hacerlo de la forma más difícil.



Todos recordamos nuestros debuts, todos nuestros debuts. Desde la primera vez que corrimos 10K, la primera ½, el primer maratón, hasta esa primera vez que pensante al empezar a leer.

Yo debuté el domingo en mi primera aventura combinada, correr por el asfalto sigue gustando, pero como todo perturbado adicto a las endorfinas, hay que buscar nuevas experiencias.

Como todo debut que genera nervios esta no era la excepción, luego de comprar la bicicleta me di cuenta que estaba en el horno, ya no tenía marcha atrás, mis compañeros de equipo ya estaban haciendo planes para incluirme en la próxima aventura, yo puse mil excusas, desde que no me había subido a una bici en los últimos tres meses hasta que no tenía rubros para la inscripción, pero mis compañeros igual siguieron dándome para adelante y se ofrecieron a pagar mi inscripción.

Se acercaba la competencia, y el equipo definía las parejas, yo que era debutante iría con alguien de experiencia, eso genero más temor aún, el experiente compañero me iba a llevar de arrastre y como un corredor semientrenado, veía mi fin cada vez más próximo.

Pensé, pensé, y se me ocurrió plantear de correr con una chica, lo pinte como que sería buena experiencia correr en una pareja mixta, donde yo un resistente atleta, me debería amoldar a alguien con menos velocidad. La verdad era que lo veía como la única manera de no morir por seguir los pasos de un corredor experiente, y logre convencerlos.

Estaba todo pronto, las bicis cargadas, los bolsos y todo el equipamiento en la valija del auto, ya era domingo de mañana y yo seguía sintiendo que las piernas me temblaban. El viaje comenzó, antes de llegar a la Interbalnearia, paramos en una estación a cargar combustible, el chofer me dio la llave y me dijo: “voy al baño, ponele lo que quieras”, mis ojos brillaron, era mi oportunidad, cargué $500 de Gas Oil en el Corsa 1.6 a inyección nafta.

Partimos, y misteriosamente, el coche se apagó a los pocos kilómetros, nadie entendía el motivo, ayude a revisar, pero mis conocimientos en mecánica son nulos, una verdadera pena.
Los minutos pasaban y entre llamadas a la arrendadora del auto y a otros compañeros, me iba tranquilizando, se hacía difícil llegar en hora a la largada.

A veces no entiendo esa tonta solidaridad entre corredores, a quien se le ocurre volver 20km hacia atrás para auxiliar a un compañero que ni siquiera es de su equipo, como puede ser que un padre abandone a su esposa e hijos en el medio de la ruta porque en su auto solo entran las bicicletas, los bolsos y los que corren. Los demás deberían esperar que cambiaran el auto “averiado” por otro.

Y el viaje continuó en otro auto, entre llamadas al organizador pidiéndole unos minutos para esperarnos y restando 20 km para llegar a la largada, me empecé a poner nervioso otra vez, no por estar tan cercano mi debut, sino que no entendía como podía ser que este auto pudiera seguir andando sin aceite. Recordaba claramente que mientras mis amigos pasaban las bicicletas de un auto a otro yo había aflojado totalmente el tapón del aceite.

Por fin mi segunda jugada salía bien y yo respiraba tranquilo nuevamente, pero no era mi día de suerte, el viejo Opel decidió morir justo frente a donde había estacionada una camioneta, mis compañeros no dudaron en ir a preguntar, pero antes tenía que actuar rápido, propuse empujar el auto para sacarlo de la ruta y mientras lo otros lo hacían yo le tuve que pagar $300 al dueño de la camioneta para que se negara llevarnos. Suspire nuevamente, ya no pueden tener ganas de seguir.

Sigo pensando, y no puedo entender que empuja a esta gente a ponerse un objetivo y seguir sin importar los contratiempos.

Mientras me avisaban por teléfono que la carrera ya estaba largando, observaba con asombro como se empezaban a armar las bicicletas, se colgaban las mochilas y se colocaban los cascos, no tuve más remedio que hacer lo mismo, y en 5 minutos dejábamos un auto abandonado en medio de la ruta interbalnearia con un montón de ropa y bolsos adentro, nada en comparación a la gente que habíamos dejado 50 km antes. Ya no importaba nada.

Pedaleamos una hora, hicimos 18km en bicicleta y llegamos a la meta. No, no era la meta, solo era la largada y yo ya estaba cansado, tenía esperanza que los organizadores no nos dejaran largar, pero seguía sin suerte, nos estaban esperando para darnos las indicaciones de cómo enganchar la carrera.

Recién empezaba mi debut y yo sentía que llevaba 2 o 3 horas de carrera, y calculaba 5 más para completar el recorrido. Tenía que pensar algo más.

En un momento que nadie me miraba tire el inflador en una cuneta, a esa altura íbamos solos con mi compañera, la otra pareja de locos que largo junto a nosotros se había adelantado. “Maritza, creó que pinché y vos no tenés inflador ¿verdad?”

Me regocijaba por dentro, en un rato volveríamos a descansar y a esperar que la carrera terminará, pero yo seguía sin suerte, ya no entiendo nada, ¿que carajo hace la pareja de Raí y Rocker esperándonos? ¿Qué se dieron cuenta que pinchamos? ¿Qué nos prestan su inflador? Nooooooooooooooooooooo!

En un acto de desesperación juego mi última carta, mientras Rai cambia la cámara de mi rueda tomo el inflador y lo rompo contra el suelo, “qué raro, el inflador no anda”, “que mala suerte tenemos”, “ta, ta, no se preocupen ustedes sigan”.

Mientras caminamos con Maritza por un camino de balastro y hablamos de la mala suerte que tenemos, del destino y esas cosas, veo acercarse un auto. Es Tabarez, nos trae un inflador que pidió prestado, Rai le aviso y nos vino a auxiliar, no, no se puede es anti reglamentario, aunque me niego, la rueda se infla.

Estoy resignado, hoy será mi debut.
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Voy pedaleando, van más de 6 horas desde que nos subimos a la bici, solo queda la última curva, miró hacia atrás, Maritza, mi gran compañera de aventura, viene a pocos metros, mientras la espero, repaso lo que fueron las últimas 8 horas, el viaje, los nervios, la disposición de todos, desde los que se quedaron a un costado de la ruta para que nosotros pudiéramos seguir, hasta los organizadores que nos dejaron arrancar una carrera con una hora de atraso.

Repaso la carrera, la búsqueda de los PC, nuestros errores de novatos, el compartir nuestras provisiones, las veces que nos reímos, las que puteamos por haber equivocado el camino y el aliento permanente de uno a otro.

La última curva, se ven las banderas, se ve el arco aún inflado, casi todos ya se fueron, y ahí están nuestros amigos para aplaudir sin importar si somos últimos o penúltimos.

Un debut más que especial, un recuerdo imborrable, una muestra que el gran premio que uno recibe día a día es la gente con la que comparte esta locura.

20 julio 2009

Lo importante es no parar.



El frío sigue haciendo fuerza para que no salgamos a correr, pero somos tercos, y aunque la temperatura se mantenga en un digito, igual que la inflación, seguimos transpirando a pesar de él.

Y como no hay carreras, las vamos a buscar, algunos hacen viajes de 4 horas al interior para correr con 5 amigos, salir en el lugar 6, y volver contentos con fotos, medalla y crónica del gran evento.

Otros las van a buscar al altiplano poniendo como excusa un viaje de trabajo, y a pesar de las suspensiones, los cambios en los vuelos, las cenas en el avión y el desayuno en distintos hoteles, siempre hay tiempo para sacar los championes de la valija y correr por el primer parque o ruta de cualquier capital del continente, de un lado o del otro de la cordillera, no importa que a la vuelta solo traigan la gripe A.

La desesperación por competir hace estragos y otros, no se si más o menos cuerdos, buscan por lugares más cercanos, pero encuentran otro tipo de carreras, para estas hay que comprar una bicicleta de buena calidad con un montón de cambios que no van a utilizar, después de ver decenas de modelos con miles de características distintas, ya se creen expertos, saben que tipo de suspensión tiene cada modelo, cuantos dientes tiene cada plato y cada corona, y el porcentaje de descuento que tienen con alguna tarjeta de crédito.

Se compran la que pueden pagar y empieza otro problema, el cero kilometro viene de fabrica y hay que tunearlo, comprar caramañolas, porta caramañolas, juego de herramientas para colocar el porta caramañola, y valijita para guardar las herramientas que usaron para colocar el porta caramañola, también cámaras de repuesto, computadora para medir los kilómetros, guantes, lentes y un buen casco, ya que el que usa la nena, ese rosadito con motivos infantiles no sirve y no tiene onda.

Si no tuvieron tiempo de ir a la feria y no hicieron como Tubino, hay que comprar una mochila de hidratación, y por si fuera poco una brújula para no perderse entre las sierras, los más previsores también invierten en abrigo y discuten si es conveniente, correr con una o dos calzas, o si estas deben ser cortas o largas.

Claro para esto hay que entrenar, no es solo tener un buen equipo, ahora a los tres días semanales de running, hay que agregarle dos para hacer kilómetros en la bici, uno para competir y por ahora nos esta quedando uno para descansar, pasear, o estudiar.

En eso pensé hoy cuando sentado en el sillón de mi dentista, mientras ella me explicaba, mirando una placa, que una de mis muelas de juicio iba a precisar un tratamiento de conducto que duraría entre dos o tres meses visitándola semanalmente.
Saque cuentas, pensé en mis días de entrenamiento, en mi tiempo libre inexistente debido a mis múltiples empleos, consulte si estéticamente se iba a notar su falta y sin dudarlo mucho le pedí que me la sacara.

Luego de 1 hora de trabajo, 5 inyecciones de anestesia, y aún sintiendo mucho, mucho, pero mucho dolor, ante un fuerte movimiento de su muñeca, mi muela voló por los aires.

Ahora esta al lado del teclado, y en mi boca ha quedado un interesante orificio, que espero no afecte mi rendimiento.

Sigo pensando si es sano correr.

11 julio 2009

Divagues de Viernes, otra semana sin correr.

Viernes 2 am, voy caminando por 18 de Julio, es raro pero hasta ahora solo dos tipos me pidieron monedas, hoy no tenía que pasar música en el boliche, pero igual fui, conversé con mis amigos, observe lindas chicas y tome un par de cervezas, al regreso me detuve en una pizzería, cene abundantes hidratos de carbono y tome un poco más de cerveza, era yo solo y una pareja de jóvenes en otra mesa, él compro a un vendedor ambulante una flor para su novia, pensé en lo lindo de tener 20 años y en lo pajarón que puede ser uno a esa edad.

Luego vuelvo a casa caminando, el alcohol en mi sangre me inhibe del frío, camino por las veredas mojadas por el camión cisterna que las lava en la noche. Voy pensando que el 99,9 % de los corredores debe estar durmiendo y en que yo le vuelvo a tomar el gusto a la noche después de muchos años. Hace mucho tiempo cuando era un fotógrafo “de sociales”, me pasaba los fines de semana de fiesta en fiesta, claro no corría, no tenía otro trabajo y pesaba 15 kilos más.

Las quinceañeras me cansaron, y la crisis del 2002 también para mí, fue una crisis creativa, deje de sacar fotos, y también de trasnochar. Sin darme cuenta fui dejando las cosas que me hacían bien, y esa crisis financiera que afecto al país también me afecto personalmente.

El tiempo pasa, y un día me encontré corriendo, y al otro sacando fotos de nuevo, y al otro rodeado de amigos. Y de repente volví a hacer las cosas que me gustaban, aunque se contradigan un poco unas con otras, como correr y trasnochar.

Camino por 18, las calles vacías, los comercios cerrados, hace apenas unas horas hice el mismo recorrido, pero el entorno era totalmente distinto.

Ayer fue jueves, el día del centro, como buenos uruguayos, si hay descuento hay que comprar y entre tanta gente yendo y viniendo no se podía caminar.
Había recorrido 18 hasta el teatro Solís, donde la amable recepcionista me explicó que no quedaban entradas para el espectáculo que quería ir a ver en 15 días, luego de eso me pidió que esperara, hizo un par de llamadas telefónicas y me confirmó que apenas 5 minutos antes habían agregado una función más. Estoy frente a la rara situación de poder elegir la ubicación, soy el primero en comprar entradas para esa función, en la pantalla de la computadora se dibujan todas las butacas vacías y yo soy el privilegiado de elegir las mejores, iba a comprar una sola entrada, pero la ocasión permite elegir un buen lugar a un muy buen precio. Y lo que es mejor, poder invitar a un muy buen amigo para acompañarme. Casualmente uno de los tantos que hice gracias al correr.

Viernes, las vacaciones de julio terminan con más y más gente con gripe, la psicosis aumenta, la venta de medicamentos también, los medios de prensa no se cansan de decir que esta gripe es menos mortal que la gripe común, pero a la vez todos los días informan cuantos muertos van.

Viernes, los principales partidos ya definieron sus formulas para las elecciones y de a poco empiezan a darse palos entre ellos, demostrando una vez más el nivel de nuestras campañas políticas.

Viernes, otra semana que Defensor no puede ganarle a Nacional y Tenfield festeja por seguir teniendo finales para televisar.

Viernes 3 am, una crónica más.

De vacaciones.

Otro fin de semana sin carrera, parece que los corredores le tenemos miedo al frío, tanto sacarnos cartel con nuestros familiares y amigos que corremos con lluvia y viento, para que llegado el invierno las etapas del campeonato sean una vez por mes. Voy a llamar a este señor que organiza maratones por la rambla para que se mande una carrerita este mes, seguro que nos olvidamos del frío por unos días.

Claro, empiezan las vacaciones y es entendible que las maestras tengan la oportunidad de ir a las termas, y que los niños tengan derecho a descansar y estar todo el día en casa, aunque eso sea motivo de cansancio para madres, padres, tíos y abuelos, dejando pocas ganas de entrenar y menos de correr los domingos de mañana.

Para colmo mientras los cines y teatros se desviven en decir que en sus salas el aire circula libremente, desde el Ministerio de Salud Pública se aconseja no asistir a lugares cerrados con aglomeración de público, je! je! son tan lindos los shoppings en vacaciones de julio, y los cines con ese olor pop y los pisos todos pegoteados, una pena no poder ir, hay que cuidarse de la gripe che!

Tendremos que visitar por enésima vez el zoológico, siempre y cuando no llueva, o ir al Parque Rodo de tarde para subirnos al gusano loco o pedalear un ratito en las lanchitas del lago mientras esquivamos patos.

De entrada las vacaciones empezaron con elecciones internas, en un día con mucho frío y sin muchas opciones que generaran expectativas era más entretenido quedarse pegaditos a la estufa que salir a votar, tirando por el piso las estimaciones de las empresas encuestadoras que pronosticaron muy mal el porcentaje de votantes.
Los otros resultados ya los habían pronosticado hasta el cansancio varias semanas antes.

Un viejito de 74 años que supo ser guerrillero, disputará la presidencia con otro viejito de 68, que ya fue presidente de uno de los gobiernos más corruptos del siglo pasado. Mientras, dicen que la renovación en la política de este país viene de la mano del hijo de un dictador, que claro, no tiene la culpa de lo que hizo el padre, pero si de apoyarlo en cada instancia que su papi se presento a la justicia, claro, mucho apoyo al viejo pero por las dudas usa lo menos posible el apellido.

Conocidos estos resultados los contrincantes de un partido no tardaron más de un par de horas en olvidar mágicamente sus diferencias y acomodar el cuerpo para no quedar afuera del reparto de cargos, por el otro lado siguen por ponerse de acuerdo, tal vez están esperando que uno de los viejitos se cure de sus nanas para poder salir en la foto dándose un abrazo con su antes contrincante y ahora compañero de formula.

Por suerte no se nada de política, supongo que se nota, y por ahora mi gran preocupación es seguir metiendo kilómetros por la rambla, a la espera de nuevas carreras.

Eso si, bien abrigado.

08 julio 2009

50 años en 1800 imágenes.

De vacaciones y con poco tiempo para escribir. Por lo tanto como es costumbre, robo algo de la web para compartir.

Contar la vida de una persona a través de miles de fotografías, conformando un original vídeo creado con la técnica "stop-motion". Ésta es la idea desarrollada por la agencia alemana DSG Media para celebrar el 50 aniversario de las Olympus Pen

El vídeo, de algo más de 3 minutos de duración, está realizado a partir de 1.800 imágenes, sin ningún tipo de proceso de posproducción. Según sus creadores, fue necesario realizar más de 50.000 instantáneas e imprimir unas 8.000 copias en papel para dar forma a este espectacular "stop-motion".