28 diciembre 2009

La última del año.


Terminal de Piriapolis 21:50
El COPSA está atrasado, las dos viejas que están sentadas a mi lado, mientras miran extrañadas mi bicicleta desarmada, discuten si quedó cerrada la ventana de la cocina, esa por donde entran los gatos a desparramar la basura. Mientras comentan el atraso del ómnibus, cosa que parece normal para ellas. El Mp3 se quedó sin batería, no tengo más remedio que seguir escuchándolas.

Unos días de licencia al final del año me permitieron descansar un poco, necesitaba dormir, necesitaba pensar, necesitaba escaparme un poco de las responsabilidades, incluida la de escribir. Llega el final del año y siempre sentimos la necesidad de hacer un balance, que hicimos bien, que hicimos mal, y que dejamos de hacer. Así que esta semana me dedique a dormir hasta tarde y a terminar de leer un libro sin importancia.

Entre esas cosas que me había propuesto hacer desde principio de año era ir hasta Piriapolis y subir el cerro Pan de Azúcar, nada del otro mundo, pero siempre por una u otra razón no se daba la oportunidad. De modo que aproveché mi semana de descanso para viajar al Este. Sin ninguna planificación compré el pasaje y decidí llevar la bicicleta para usar el viaje como un día de entrenamiento.

Hay días en los que esta bueno correr acompañado, hay otros en los que es necesaria la soledad. Sin avisarle a nadie, cargué un poco de música en el Mp3 de mi hija, preparé un almuerzo liviano y una muda de ropa, llegué a Tres Cruces, desarme la bici y ante la atenta mirada del maletero, la guarde en la bodega del ómnibus sin que nadie la tocara, no por que cuide mucho mi bicicleta, sino para no dejarme influenciar por los billetes prolijamente doblados entre los dedos del maletero que esperaban una propina de mi parte.

En menos tiempo de lo que podría demorar ir del Centro a Colón un día normal en el 145, llegué a Piriapolis, una leve llovizna era la única compañía en la rambla desierta ese mediodía. Solo me cruce con una pareja de turistas japoneses tomándose fotos en la puerta del Hotel Argentino, me detuve unos segundos a apreciar la cámara de fotos que usaban, esto es un defecto profesional, hay quienes se le van los ojos atrás de una Ferrari, de un BMW o de un Mercedes Benz, a mi me pasa con las cámaras de fotos.

Cuando me miraron raro, como pensando que los iba a robar, proseguí mi marcha, dejé la rambla y tomé por la ruta 37 rumbo a mi destino, pedalee un rato, casi todo en subida y con viento en contra hasta que llegue en poco rato a la reserva de fauna a los pies del cerro.

Mientras comía algo rapidito para no enfriarme, consulte en el parador si me podían cuidar la bici, el gordo antipático y su compañera que atienden el local gastronómico me escupieron sutilmente, parece que no tenían lugar entre las sillas amontonadas que guardan en el fondo. Mientras puteaba me acerque a un funcionario de la reserva que me indico que en el serpentario había una guardia, fue así que la GT quedo cuidada entre víboras y serpientes.

Por supuesto que este era un día de entrenamiento por lo que la subida no iba a ser caminando como una viejita, un atleta con experiencia en dos Salomón debía subir corriendo. Treinta y cinco minutos después, bastante cansado y transpirado subía por la escalera caracol de 102 escalones los 35 metros de la cruz (no conté los escalones ni llevé un metro para medir, solo busqué en Google).

Antes de emprender el regreso, unos minutos de descanso para apreciar el panorama, que pese a la tormenta siempre es disfrutable, unos minutos para pensar en lo hecho durante el año, en los obstáculos que tenemos que sobrepasar y en los amigos que se van juntando en el camino.

La bajada también rapidito y cuidando las piernas, tomar la bici y volver a Piriapolis, el tiempo daba para seguir la vuelta, subir algún otro cerro y bajarlo a gran velocidad en dos ruedas. Un poco de adrenalina no venía mal.

Por último, la tarde me regalaba la playa desierta cubierta de piedras, y una siestita al sol para descansar. El agua estaba muy fría, pero me tenía que dar un baño sino quería que me bajaran del ómnibus. La soledad de la playa permite que me cambie sin pudor, guardo la ropa transpirada y me abrigo para ir a comer algo antes del viaje de regreso.

Llegó a la Terminal, desarmo la bici y mientras espero, dos dulces viejecitas se sientan a mi lado.

Pienso en lo ocurrido durante el día para usar esta historia como cierre de un año de crónicas, que es el final de mi año junto a quienes me leen, algunos se van al Tíbet a meditar, yo solo me tome un día en Piriapolis y lo comparto como siempre con quienes me siguen semana a semana.

A ustedes gracias por siempre estar ahí.

Terminal de Piriapolis 22:00
Final del viaje, emprendo el regreso. Subo al ómnibus de COPSA, me acomodo en el asiento 12 y reclino el respaldo para dormir la próxima hora y media. Cuando el ómnibus arranca escucho como, justo en los asientos detrás de mí, dos viejas rompe huevos empiezan una discusión de noventa minutos sobre que es mejor hacer al llegar a Montevideo.

17 diciembre 2009

Un video de Miércoles

Para que sirve el amor...
Una teoría con final feliz.
(No quiero decepcionarlos pero la realidad llega hasta el minuto 2)

16 diciembre 2009

Viernes de festejo, viernes de balance.



Último mes del año, estamos todos cansados, pero igual seguimos entrenando. Últimos fines de semana libres pero igual nos hacemos algún viajecito para ir a correr.
Mes de despedidas, de juntarse con amigos, de tomar unas cervecitas bien frías y aumentar unos kilos. De caminar por 18 buscando regalos, de visitar los shopping aprovechando descuentos, quejándonos de la cantidad de gente que hace lo mismo que nosotros.
Armar el arbolito, decorar la oficina, la casa o el almacén, mandar y recibir saludos, nos va cambiando de a poco el ánimo. Se terminan las clases, las maestras dicen las mismas cosas y se emocionan como todos los años y nuestros hijos crecen y nos siguen demostrando que la vida es corta.

Se fue otro año, muchas carreras, muchos kilómetros y nuestros pies no se desgastan, seguimos programando el verano de acuerdo a dónde iremos a correr, algunos descansaron un poco y ya están pensando en el entrenamiento y las carreras del año próximo, otros no se detuvieron y siguen al mismo ritmo durante estos meses como si darle un descanso al cuerpo fuera traicionar a su religión.

Terminó el campeonato y hoy festejamos, algunos lo harán por sus posiciones, por sus tiempos, o por los resultados de su equipo. Por la constancia y por el esfuerzo de lograr sus objetivos o por el solo hecho de intentarlo.

Tubino no quiere ser cursi, ponerse novelero ni demostrar una sensibilidad que nunca tuvo. Pero este fin de año va a ser egoísta y festejar por sus propios logros que van más allá de los deportivos.

( ¡Te gané, si a vos que te mataste entrenando, te gané porque faltaste a una fecha para irte a correr a la Angostura ijunagranputa!, te gané!!)

Tubino este año ganó, porque entendió que mejorar los tiempos no era tan importante, y que en verdad corre por que antes, durante y después de cada carrera encuentra amigos a los que puede mirar a la cara, putear, felicitar, aconsejar o simplemente escuchar.
Aprendió que cada corredor tiene sus problemas, sus dramas con la mujer, con su esposo o con su amante, con los hijos o con las nueras, con los jefes o con sus compañeros de laburo, con el vecino o con la perra de la vecina (o con la vecina que es una perra); problemas que quiere dejar en otro lugar, muy lejos de un circuito donde no importa si mide 100 o 200 metros más de lo que dice el organizador.

Este año, este lento corredor supo perdonar, supo entender que todos cometemos errores, que somos humanos y nos equivocamos, que a veces con esos errores lastimamos a los que más nos quieren y que muchas veces no es posible volver atrás.

Este tipo laburante y charlatán, que sabe poco de muchas cosas, aprendió a reconocer en pequeños gestos el valor de la amistad, lo encontró en una foto de una página web, en un comentario al pasar de una crónica que lo menciona, en un grito de aliento en una calle empinada, en una palabra cálida de una gris ventana de Messenger, en el trago largo de una fría cerveza compartida con amigos.

Este cronista medio pelo, conto su vida, sus trasnochadas, sus broncas y sus alegrías, escribió de todo un poco, un poco en serio, un poco en broma, a veces con ganas, a veces dormido, a veces con faltas, se río de sus problemas, de sus amigos y de sus enemigos. Y también lloró un poco.
Con sus crónicas descubrió que hay muchos “Tubinos” como él corriendo por la rambla, por el prado, por calles y avenidas, esquivando cada uno sus propios obstáculos tratándole de ganar siempre un segundo más a la vida.

En este año que termina Tubino festeja por lo que ganó estando junto a ustedes.

Salud! Me voy a tomar un vinito…

10 diciembre 2009

El Gabinete Completo


Luego de varias horas de negociación podemos confirmar como primicia de esta página, que el gabinete del nuevo gobierno se completó con una sorpresiva incorporación del experto Opinólogo y Redactor en Jefe de este medio de prensa.


Aún no nos es posible asegurar cuál es la cartera que dirigirá el carismático personaje, pero sabemos que en estos momentos esta ajustando detalles para iniciar el casting para contratar a sus secretarias personales.


Fuentes confiables dan como seguro que podría desbancar a Héctor Lescano al frente del Ministerio de Turismo y Deporte ya que es sabido que la personalidad del nuevo Ministro es la ideal para asistir a todos los eventos del verano.


Ampliaremos

09 diciembre 2009

Un video de miércoles

Así como hace varias semanas no subo fotos al blog, también hace tiempo que abandoné los videos de los miércoles.

Mis múltiples ocupaciones laborales, familiares y atléticas, no me dejaban mantener este blog para deleite de sus 20 visitantes diarios.

Hice un alto en mi trabajo de hombre orquesta para compartir un nuevo video de miércoles, sabiendo que parte de lo que soy depende de este contacto con ustedes.


07 diciembre 2009

Una vez más.


Esta vez no hay trabajo nocturno, esta vez no hay bebidas espirituosas que entibien la garganta y que despierten los sentidos para ayudarme a escribir, en estas primeras horas de este viernes, es un café humeante el que me acompaña. Termina la semana una vez más.

El último domingo de noviembre la campaña política llegó a su fin entre agua, viento y alegría para un 52 % de los uruguayos. Estuve ahí, saque fotos, me moje, me empujó el viento, pero lo disfruté, un buen final, para una campaña pésima. Termina Noviembre comienza el último mes del año.

El campeonato de la Agrupación de Atletas también tuvo su término, la exigencia y el compromiso por estar presente en todas las etapas también. No voy a hablar de resultados, eso es lo de menos, cada uno evaluara el suyo propio, cada uno tiene sus objetivos, el mío fue no perderme ninguna fecha y esta cumplido, sobre los tiempos ya saben que no hablo por una razón más que evidente, solo daría lástima.

Llega Diciembre una vez más, un embole.

Empiezan a circular mails con saluditos, presentaciones con fotos y frases motivadoras, mensajes de texto diciéndote cuanto te quieren tu madrina y la perra abandonada que rescató tu vecina.
Facebook se empieza a poner infumable, saludos de tus 200 amigos que son iguales a los que recibiste el año pasado, a eso le sumás los comentarios de los saludos y los comentarios de los comentarios, y por último las respuestas a los comentarios., ahhhhhhhhhhhhhhh!

En los blogs de todos los atletas empiezan lentamente a aparecer los resúmenes del año, vídeos, ediciones de fotos y los infaltables análisis de lo lindo que es correr y cosechar amigos en cada kilómetro transitado, agradecimientos al que te espero para cruzar la meta de la mano en la última etapa (aunque muchos dudaran de tu identidad sexual), y para quien te saco esas fotos cuando más muerto y en peor estado venías. De todo como en botica.

En tu trabajo siempre hay algún nabo que se le ocurre jugar al amigo invisible, y a vos que siempre tenés suerte, te toca regalarle al más rompehuevos y con el que peor te llevas, mientras, él, tiene que regalarle a la divina de expedición, que todos saben que está divorciada y esperando (y reclamando) que alguien la atienda.

Termina el año una vez más, las despedidas se amontonan en dos fines de semana, la del laburo, la del equipo, la de la agrupación, la de los compañeros de estudio, la de los amigos del barrio, la de las locas de la whiskería, y la del club de abuelos.

Meta y meta vino, cerveza, choricitos, hamburguesas, pizzas y coca light.

Todo el año cuidándonos (?????), manteniendo una dieta saludable y un régimen estricto de entrenamiento (¡!!!!!!!????????) para que por causa del maldito último mes del año se vaya todo al carajo, los abdominales que tanto trabajo nos cuesta mantener marcados y que causan la envidia del mismísimo Diego Forlán, se ven descuidados por falta de tiempo y ya empezamos a notar como en los primeros meses del año haremos playa acompañados de unos hermosos flotadores.

No hay nada como las fiestas, todos somos amigos, todos nos queremos, y todos sentimos que por el simple hecho de cambiar un dígito en el calendario, todo podrá ir mejor. Ojalá así sea.A disfrutar este último mes del año, una vez más, junto a los que nos quieren y a quienes queremos. En definitiva, sin ser muy original, la vida es una, solo una y corta.


El cuento es muy sencillo
usted nace
contempla atribulado el rojo azul del cielo
el pájaro que emigra
el torpe escarabajo
que su zapato aplastará valiente


usted sufre
reclama por comida
y por costumbre
por obligación
llora limpio de culpas
extenuado
hasta que el sueño lo descalifica


usted ama
se transfigura y ama
por una eternidad tan provisoria
que hasta el orgullo se le vuelve tierno
y el corazón profético
se convierte en escombros


usted aprende
y usa lo aprendido
para volverse lentamente sabio
para saber que al fin el mundo es esto
en su mejor momento una nostalgia
en su peor momento un desamparo
y siempre siempre
un lío


entonces
usted muere.

02 diciembre 2009

Algo de otro lado

En general las entradas de este blog intentan ser de mi autoría, en algunas pocas ocasiones, navegando por el cyber espacio encuentro cosas que merecen ser compartidas, este es uno de esos casos.

Personalidad digital múltiple

Vencida por la fragmentación, busqué “fragmentación” en Google, como buena fragmentada que soy. La primera entrada que encontré fue: “Benedicto XVI considera que Internet fragmenta la cultura”. Esto sí es grave, me dije. Yo pensando lo mismo que este Papa bochornoso. En otro artículo menos embarazoso de citar, publicado en el Times Online, Ben Macintyre dice –más o menos– que mientras la lectura de un libro es un nutritivo banquete, Internet viene a ser una surtida mesa de snacks, de donde uno picotea azarosa y escasamente en una nueva forma de “cultura anoréxica”.

Cada vez más escritores, cuando hablan de las rutinas que siguen para escribir, señalan como culpable de su dispersión a Internet. Macintyre dice que según estudios de Microsoft, alguien que se distrae por un mail recibido demora 24 minutos en volver al mismo nivel de concentración anterior. Buscar un dato en la Web suele ser un viaje sólo de ida. Un artículo te lleva a un video, que te lleva a otro artículo, que te lleva a otro video y en el ínterin uno aprovecha para revisar diez cuentas de email, Twitter, Facebook y qué sé yo, en un proceso de continua ventanización donde lo único inmutable es una mano en un mouse. No soy la única que ya no lee ningún artículo completo ni ve un video hasta el final: en esa forma inconclusa de consumir está la base del cambio cultural generado por la Web 2.0.

Nuestras mentes se están adaptando lentamente a esa alimentación desorientada y famélica a base de “canapés electrónicos” que saltan de ventana en ventana, a la idea de que la información viene en pequeñas porciones de intensidad pop, como una sucesión de inputs que aguijonean la percepción sin dejar rastros duraderos. Y pensar que hay niños diagnosticados de déficit atencional porque no pueden quedarse 45 minutos quietos en un salón de clase. Ja. A muchos adultos nos recetarían Ritalín si vieran nuestro comportamiento online.

Lo más delirante es la manera como se reproduce ese modus vivendi en la personalidad digital múltiple que uno ha desarrollado en la web. Usamos Pedazos de Yo sueltos con diferentes nicknames y passwords para adaptarnos a cada plataforma. De hecho hay sitios, como FriendFeed, que ofrecen reunir en una sola red social todos los “Yos desagregados” que tenemos boyando por ahí; lo cual, a mi juicio, sólo agregaría otro Yo a la miríada de Yos: un nuevo Yo Supuestamente Agregado. Complicado, ya sé. Perdón. Es que estoy en el Yo del Blog. Si Yo fuera el Yo de Twitter seguramente lo habría podido explicar en 140 caracteres.

Empecé a sentir que esto no podía ser normal cuando me vi a mí misma deprimida por chat, eufórica en Facebook, organizando una alegre salida por mensaje de texto, posteando una reflexión aséptica en Twitter y hablando de cocina por teléfono, todo al mismo tiempo. Me reí al darme cuenta de que estaba lloriqueándole un drama a un amigo en Messenger mientras le respondía entusiasmada a alguien por SMS: “Jajaja! Buenazo, vamos!”. Si en la vida real uno manifestara tantos estados de ánimo distintos simultáneamente lo enviarían directo al manicomio.

El cambio cultural avanza y fragmenta todo a su paso, arrasando con el mundo que dábamos por seguro, como “La Nada” de La historia sin fin. Y no es sólo un avance que parte desde uno mismo y se propaga hacia afuera, sino también al revés. Porque la fragmentación es además una implosión: yo soy consumida de la misma manera como yo consumo: en distintas ventanas, en forma de canapés. Pedacitos de Leila desagregados, servidos como snacks, en una versión anoréxica de Amistad 2.0. Y así nos vinculamos: sin leer el artículo completo ni ver el video hasta el final.

Extraido de: Escribirparaqué, blog de Leila Macor

23 noviembre 2009

Cantando el himno...


Ya estoy por empezar a escribir la crónica…..

Solo estoy esperando que el Zurdo Bessio termine de cantar el himno.

Me duelen un poco las piernas, soy muy patriota y el himno hay que cantarlo parado, sigo esperando que termine para empezar la crónica.

“...yyyy que heroicos sabremos cumplir, que sabreeemos cumplir, sabremos cumpliiiiirr…”

Uy!, me comí el amague, es la versión completa, sigo esperando.

Esteeeee… che, Zurdo, cantas precioso… pero anda terminando porque los jugadores se están enfriando.

Sé que es una falta de respeto, pero voy a seguir el ejemplo de los jugadores de Costa Rica y me voy a correr, que se yo, unos 10 km, cuando regrese en una de esas ya puedo empezar mi crónica.

¡Uruguay noma’!

La selección jugó como siempre, muy mal, ¿pero eso a quién le importa? Terminamos sufriendo y pidiendo la hora como siempre, ¿pero eso a quién le importa?

La transmisión televisiva estuvo en silencio unos minutos tratando de pasar por alto que los empleados de Tenfield estaban a las piñas con los suplentes del rival, pero, ¿eso a quién le importa?

Clasificados otra vez a un mundial, unos cuantos palitos verdes para la Asociación Uruguaya de Fútbol. Buen negocio para las empresas televisivas, viajes para los periodistas, y la seguridad que durante seis meses vamos a encontrar promociones con sorteos de todo tipo para ir a Sudáfrica.
Puteamos durante 30 meses a la selección, pero hoy estamos todos adorando la clasificación y sintiéndonos una vez más como parte del primer mundo futbolístico, no jugamos a nada, somos los últimos en clasificar, por tercera vez peleando un repechaje, ya estamos intentando para el 2030 ser sede del Mundial y así no tener que jugar las eliminatorias, la única contra sería que nuestra selección jugaría siempre de local, y ya ha quedado demostrado que jugamos mejor de visitante.

En ese aire de no ver nuestras carencias futboleras, lo que más preocupa es si la versión del Himno Nacional, estuvo o no acertada. Si es una falta de respeto o no, si fue corta o fue larga, si el que cantara el Zurdo fue un mensaje subliminal de la izquierda en medio de la campaña política, el comando de campaña blanco está preparando un spot publicitario donde se aclara que esta versión es parte del arsenal de Feldman, y muchos etcéteras más.

Durante todo el día no dejaron de llegarme los correos de Facebook con los comentarios a favor o en contra de esta versión de tan solemne emblema patrio. Veo los noticieros, escucho los programas de radio, todos opinan.

Me sorprende ese rebrote de patriotismo, por una versión algo murguera del himno, cantado en un partido de fútbol.

¡¡¡Un partido de fútbol!!!!

Es solo un partido de fútbol, debería ser solo un juego, debería ser solo deporte, pero se transforma en un negocio, donde le conviene a las empresas, a los contratistas, a los que hacen dinero con la pasión de la gente, transformarlo en una cuestión de honor. No importan los medios, si vende está bien.

Es solo una versión del himno, esto ya lo hacen en el boxeo….., en el Boxeo!!!!!!!, que tiene de patriota el boxeo, por favorrrrrrr!!!!.

Pero como el boxeo lo miran unos pocos loquitos, nadie se entera. A no ser que la pelea sea de una de estas modelitos como Chris Namús o Cecilia Comunales, unas caritas lindas que también venden bien, aunque de boxeo no se que tanto saben.

¿Secretario, cuando empezamos a cantar el himno en el campeonato de la AAU?
¿Podríamos hacer una versión distinta en cada etapa no?

Volviendo a lo importante, creo que escribir durante el mundial 2010 desde Sudáfrica, también vendería bien, le haría un seguimiento especial a la selección y al pato celeste, si él puede porque yo no, que tengo un pato en todas mis crónicas.

Solo tendría que conseguir algún canje para el pasaje, por la estadía no hay problema, me hago socio de Hostel o me instalo en algún camping de la zona entre los leones, total creo que será por pocos días, lo que dure la primera fase.

Voy tramitando el pasaporte.

14 noviembre 2009

MARICONEANDO UN POCO

Nochecita de calor, desanudo mi corbata, hoy una campera roja no tiene utilidad, de todos modos me convierto en torero, dos toros muy risueños me persiguen, sus dedos en la cabeza me señalan tal cual cuernos amenazantes; con suma elegancia los esquivo, una, dos veces y me dejo embestir.

Corremos, jugamos a la “atrapada” (en mi época era “la mancha”, pero no me voy a poner a cuestionar a mis contrincantes), no los puedo alcanzar, ni ellos a mí, escucho sus risas, sus ojitos brillan, hacía tiempo que no jugábamos los tres, y había olvidado cómo puede llenarte de energía ese sonido, esas miradas felices.

Me reencuentro con mis hijos luego de varios días, no es mucho el tiempo para compartir, nunca es suficiente, es poco para ellos, y es poco para mí. Igual lo disfrutamos al máximo, sabiendo que, como dice Kesman: “¡es lo que hay valor!”

La noche anterior también estuvo muy agradable, corrí tranquilo por la rambla, un poco tarde, sin exigencias, y sin mirar el reloj. A pesar de estar a una hora y poco de empezar un nuevo día, me cruzo con varios conocidos, un par de Halcones, un gauchito legendario, y el que corrió la Nike con camiseta celeste y se distingue en todas las fotos.

Llego a casa, leo la crónica de Fernando, la vuelvo a leer, y le escribo un mail agradeciéndole ese cable a tierra, ese bajar por unos segundos a la realidad que nos rodea y que no queremos ver por estar tan metidos en nuestros “problemas”.

Todos necesitamos un cable a tierra, nosotros lo buscamos corriendo, aunque parece que no nos alcanzara con usar nuestras energías gastando championes por la rambla, por el prado, por cualquier avenida de Montevideo o cualquier ruta o camino vecinal del interior. A veces necesitamos un golpe un poquito más bajo, algo que con su dureza nos haga valorar aquellas cosas realmente importantes que tiene la vida.

Todos pasamos por momentos jodidos (si no te pasó, lamento decirte que ya te va a tocar), es algo natural, son esas subidas y bajadas de la vida que mencionaba el Tío Alpino hace unos meses, y que los que vamos agregando años de experiencia en nuestro currículum aprendemos a llevar(o sobrellevar)

Personalmente estas últimas semanas no han sido muy buenas, mis compañeros de trabajo, que me ven la cara todos los días, lo están sufriendo. Algunas personas de las que me quieren también, desde aquí les pido disculpas, pero cuando uno anda así de lo que menos tiene ganas es de andar dando explicaciones. Pero no es para preocuparse, ni siquiera yo lo hago, siempre hay momentos, lecturas y personas que te motivan a seguir buscando esa bajada que viene después de una subida interminable.

Jueves de mañana, los más ansiosos del grupo parten hacia una nueva aventura, el “Capi” y “Dulce de Leche” se van a correr a Villa La Angostura, deben subir al bus de las 8, quedé con ellos que los iba a despedir. No suelo ser puntual, me cuesta mucho levantarme, pero como si fuera una carrera importante, suena el despertador 6:30 y me levanto. Una hora después estoy cerrando la puerta de casa y suena mi celular, mis “amigos” dicen que ya están subiendo al ómnibus, aunque pueden hacerlo en uno que parte a las 8, lo están haciendo en ese momento, entiendo la típica ansiedad que los caracteriza y los despido y deseo suerte por teléfono.

Llego una hora temprano a trabajar, mientras tomo un café y vuelvo a leer la crónica de Nando, mi hijo me llama para que le explique cómo prender el DVD poder ver Kung Fu Panda.

10 noviembre 2009

Soy un Emo

En ese camino constante por la búsqueda de mi destino, esta semana me fui dando cuenta de lo que en realidad me estoy convirtiendo.

Por las dudas le pregunte a mi consejero de cabecera, mi estimado amigo Google, quien luego de una simple pregunta, me dio algunas características de personalidad, las cuales no pude evitar asociar a mi presente de corredor.

Le pregunte al tío Google: “¿Como ser Emo?”

Me contestó que Emo se nace, no se hace, me hablo de la vestimenta, del calzado, del peinado y del maquillaje.

Corredor se nace, no se hace. Primero deberás saber que lo que elegiste ser viene cargado en tus genes, esto no es para cualquiera, implica sacrifico, e identificarse con lo que eres.

La vestimenta importa. De las cosas que más distinguen a los corredores son su vestimenta, ellos siempre estarán vestidos con ropa deportiva, usaran remeras de distintas carreras y llamativos championes, no importa si van a una entrevista de trabajo o a un velorio, siempre, siempre con calzado deportivo

Un Emo siempre está deprimido, siempre busca dar lástima a quienes lo rodean, y sobre todo habla sin mirar a la gente a la cara.

Un corredor siempre esta de mal humor, nada le sirve, siempre opina y critica, y nunca dice las cosas a la cara, para eso están los minichat.

Un corredor hablará todo el tiempo de los mismos temas, aburrirá a su familia y a sus amigos, y ellos lo mirarán con lástima, lo escucharan y trataran de entenderlo, mientras piensan y recuerdan que cuando empezó a correr lo hizo para estar mejor, y es evidente que cada vez está peor, de la cabeza claro.

Un Emo no debe estar gordo, le entra a las drogas aunque no sea necesario y siempre termina diciendo que dura que es la vida.

Un corredor no debe estar gordo, le entra a las drogas aunque no sea necesario y siempre termina diciendo que dura que es la vida. (¡je je!, solo tuve que cambiar una palabra de esta oración)

Los Emo escuchan determinados tipos de música que siempre los acompaña.

Algunos corredores también se acompañan con algo de música, otros prefieren escuchar su propia respiración, otros eligen conversar durante diez kilómetros y los más audaces se atreven a soportar los chistes de algún compañero como Popo.

Ser Emo, no es barato, se requiere algo de dinero para sus caprichos, aunque tengan que pedirle a sus padres.

Nadie tiene dudas de lo caro que es ser corredor, a mí ya no me queda persona por pedirle dinero prestado, ya sea para inscribirme en las carreras comerciales, para comprar un par de championes o para los tallarines del sábado, ¡éramos tan pobres!

Por último un buen Emo, debe necesariamente publicar toda su vida en la web, hará esto para que la gente sepa quién es y lo que hace, cuando lo haga deberá hacerlo con myspace, fotolog o blogger y escoger un nombre que sea moderno y antiguo a la vez, si no tiene sentido, mejor. Ejemplos: aspirinaazul, pussypink, suicidioguay, elperrodelanieve

Es imprescindible para un buen corredor tener su propio blog, tener un perfil en Facebook y un álbum de Picasa, para contar su vida, sus experiencias, su sentir en cada carrera. Algunos se animan un poco más y cuentan detalles de su vida, otros sacan miles de fotos para compartir, lo importante es estar en la web, sino no existís.

¿Seré tan parecido a un Emo?

¿Seré un Emo-Corredor?
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08 noviembre 2009

Domingo de Elecciones


Domingo de elecciones, domingo sin carrera, que alivio… Un poco de descanso.

La televisión infumable, los tres canales privados informando una y otra, y otra, y otra vez lo mismo durante 14 horas, informes desde un circuito a otro con periodistas debutantes, periodistas veteranos y periodistas deportivos, periodistas sin nada nuevo que decir. Seguro que si organizamos una carrera a las 3 de la tarde del 29 de noviembre se consigue la atención de todos los canales televisivos que se desviven por llenar transmisiones gigantes con absolutamente nada.

Domingo de elecciones con sol radiante para pasear por la rambla, no para correr ya que es demasiada la gente caminando, hago varios kilómetros en la bicicleta, saco algunas fotos, como una torta frita y cerca del cierre de las mesas de votación vuelvo a casa. No puedo perderme las peleas entre periodistas por transmitir la apertura del primer sobre, las tácticas y los sobornos utilizados son dignos de una película clase B, más lamentable el relato futbolero para describirlo.

Domingo, fin de la veda, en canal 4 hace minutos que desapareció el reloj de la pantalla, en los tres canales los directores de las encuestadoras dicen casi lo mismo sobre lo que todos queremos saber: “no se sabe”. Aldo Silva de forma patética se desespera por algún dato más. El sordo arriesga un resultado sobre uno de los plebiscitos y mete la pata. Unos minutos después Botinelli asegura que habrá segunda vuelta y ya todo pierde la gracia.

Todo un domingo esperando ese instante, ese anuncio que hubiera podido ser el comienzo de largos festejos para una gran mayoría, pero cosa rara, fue al revés.
El tercero festeja como nunca su segunda peor votación de la historia, los primeros afirman que están felices pero olvidan decírselo a sus propias caras, el segundo respira aliviado, y también festeja. Aún no entiendo porque los festejos se dieron en intensidad inversa a los resultados de cada partido.

Poco quedaba para ver, el apoyo de un candidato a otro era algo ya conocido, el reboleo de bandera de Hugo y el “feliz cumpleaños” con música de Las Ardillitas para Jorgito muy bizarro.

Domingo a la noche, Plaza Matriz, frente a la sede del Directorio del Partido Nacional, los militantes blancos aplauden porque la ley de impunidad no ha sido anulada. No los entiendo y creo que ellos tampoco deben entender mucho. Se puede estar de acuerdo o no, se puede haber votado o no, la decisión de cada uno siempre es respetable ,pero hay cosas y temas muy delicados que aún causan dolor en mucha gente, que no se pueden festejar, es un tema de respeto y de valores.

Ese festejo despreció a los muertos, pero mucho más despreció a los vivos, a los familiares, a los hijos de los muertos, desaparecidos y torturados.

La trasmisión televisiva termina sin muchas novedades, y le da paso a los pastores y al telechat. Me acuesto temprano, el acto eleccionario no cambió mi vida ni la va a cambiar el próximo, ya es lunes, vuelta al trabajo, a correr por la rambla con menos gente, a descansar por unos días de la campaña política. Durante la semana ya se verá en los informativos interesantes análisis del contenido de los votos anulados, desde salame, preservativos con o sin uso, fotos varias, billetes, cartas y un lápiz táctil de un celular, quien lo perdió ya sabe dónde buscarlo, como la señora que voto a Pedro y al SI rosado y dejo la cédula junto con el voto.

En exactamente un mes volveré a estar prendido a la tele, para escuchar puntualmente a las 20 30, al primer encuestador que pueda afirmar sin equivocarse, quién nos dirá ese mismo día: “¡Festejen uruguayos, festejen!”


23 octubre 2009

No importa a quien votás.

Soy respetuoso de las diferencias y por sobre todo creo en la honestidad, solidaridad y generosidad.
No me importa a quien votan, gente honesta, solidaria y generosa hay en todos lados, de los otros también hay en todos lados.
Pero con la ley de caducidad me gustaría plantearles que si están dudosos piensen en que vuestros hijos deberían vivir en un pais en que todos sean iguales ante la ley.
No se trata de venganza, ni de cobrar cuentas pasadas, sólo se trata de que los uruguayos queremos PAZ y no hay paz posible si queda como una espada de Damocles la posibilidad de que la justicia no funcione igual para todos. En realidad estamos enfrentados a un problema ético mucho más que jurídico.
Es imprescindible para el futuro este SI rosado.


22 octubre 2009

Viernes 16 de octubre. Con más calma.

Una cagada el domingo, podía haber salido todo bien, pero no tuvimos suerte.

Podía haber salido el sol, pero fue el único momento de la semana que llovió.
Los Pumas podrían haber tenido equipos de lluvia, pero quién pudo haber pensado de antemano que no iban a ir porque si se mojaban de mañana, tenían que trabajar todo el día mojados. Cosas que solo pueden pasar en un país mediocre como este.

No hay forma de pedir disculpas, fue una cagada para todos, algo que nadie pudo prever arruino una fiesta que estaba organizada desde hacía mucho tiempo para que fuera perfecta.

Cuando estas cosas pasan, todos nos calentamos, los que organizan, los que tienen que dar la cara y las explicaciones, los que solo quería correr en hora, y los que escribimos en caliente comunicados y crónicas.

Los días pasan y uno puede ir viendo con más claridad y con más calma todo, el tiempo hace razonar y darse cuenta que a veces no se usan las palabras adecuadas para expresar la rabia que uno siente cuando las cosas no salen bien.
De todo se aprende, creo que ya lo he dicho, cada uno sabrá rescatar lo bueno y lo malo para no volver a repetir errores.

Ya vendrán otras carreras, y con ellas más críticas, no podemos dejar de ser lo que somos, unos tipos que corremos, opinamos, nos calentamos, y volvemos a correr.
Somos tres millones de directores técnicos, somos todos analistas políticos, opinamos de todos los temas como si de verdad supiéramos, y lo que es peor nos convencemos a nosotros mismos que de verdad sabemos de todo lo que hablamos.
No nos damos cuenta que el 90 % de las veces hablamos por hablar, y algunos hasta escribimos.

Criticamos a los que trabajan y a los que no hacen nada, criticamos a los que critican y a los que se cayán la boca. “Ese lo único que hace es hablar”, “Ese, es un boludo que no dice nunca nada”

Somos capaces de convertir nuestra pasión, algo tan simple como correr, en un montón de disputas, de dimes y diretes, de mensajes anónimos tratando de crear conflictos, de ensuciar, no importa de que manera, a quién no nos cae bien.

Cualquier mente sana, con algo de inteligencia, nos miraría de lejos y seguro sentiría lástima de tanta hipocresía.

Quién este libre de culpa que tire la primera piedra.

12 octubre 2009

Las imágenes del fin de semana, un video y una reflexión.



Fin de semana un poco raro, con un sábado esplendido y un domingo gris, fin se semana raro, lo que en parte fue una fiesta dejo un sabor algo amargo, y como todo en la vida, también una enseñanza.

No voy a dar explicaciones, las disculpas por la demora ya se dieron, algunos supieron entender y otros no, a los primeros gracias, a los segundos…, gracias.

Me detengo solo un instante a pensar en las actitudes de todos y cada uno de los que el domingo estuvieron o debieron estar en Sayago.

Pienso en los que estuvieron corriendo desde días antes para que todo saliera bien, los que madrugaron pese a la lluvia, o los que por no tener equipos de lluvia se quedaron sentados tomando mate y comprometieron la seguridad de todos.



Pienso en los que dejaron de hacer lo que más les gusta para que la fiesta pudiera empezar, y en los que pese a la responsabilidad que en ellos delegamos, solo se quedaron debajo del arco esperando una llamada para largar la carrera, mientras uno (si solo uno) se la jugó y no dio el OK hasta estar completamente seguro que el circuito estaba cerrado y seguro para todos.



Pienso en los compañeros de otros equipos que lo primero que hicieron al llegar a su casa fue mandar un mail pidiendo la adjudicación de puntos para los que no corrieron, y en los que el primer mail que escribieron fue para lavarse las manos.

Gracias a los que tuvieron la idea, pero no quiero esos puntos para que figuren en una página de internet, siento que tiene más valor que no estén.
Un tipo, de esos buenos tipos que tengo la suerte de conocer, escribió que lo hizo para darle un ejemplo de solidaridad a su hija, eso tiene mucho más valor que uno o dos puestos en una tabla que solo nosotros miramos.

Siempre se aprende.



10 octubre 2009

Crónica contra reloj.

Correr más de 10K el sábado en Las Piedras, y al otro día casi 18K en las Sierras, (que paradoja, también entre “las piedras”), me dejo bastante cansado.

El sábado a pesar del calor y de los planes de “no matarme” para cuidar mi rendimiento en la Salomon, hice una carrera a mi ritmo normal, hice los tiempos de siempre y me cansé como siempre.

Tenía pocas horas para descansar y al gobierno se le ocurrió justo adelantar la hora ese fin de semana, por consiguiente una hora menos de descanso en una noche de esas que no se puede descansar bien por la ansiedad.

A diferencia de lo que pasa entre semana, el domingo me despierto en hora y emprendo el viaje, entre adolescentes “resaqueados” luego de una noche de baile tomo el ómnibus para llegar al punto de encuentro con los compañeros de equipo y partir rumbo a Minas en un corto viaje; se que él chofer es muy respetuoso de las normas de tránsito pero igual no me sorprende en un momento del viaje, ver que la aguja del tablero marca 160Km/h, todos queríamos llegar a tiempo.

Al llegar ya estaba cansado, más cuando tuve que caminar más de 1K desde el estacionamiento hasta la largada en dos oportunidades. Por suerte la organización, en algo muy extraño para lo que nos tiene acostumbrados estaba un poco atrasada, pero no lo suficiente para descansar un poquito más.

A los 2 Km de la carrera, mi champión queda preso del barro, me detengo para recuperarlo y volverme a calzar, cuando intento volver a correr, algo me impide mover las piernas al ritmo que quisiera, no habíamos llegado al kilómetro tres y ya estaba caminando un poco.

Más de la mitad de la carrera en subida, y el final escalando una pared de 200 metros, fueron suficientes para fundirme, a 50 mts de cruzar la meta, siento las dos piernas acalambradas, no puedo caminar justo en ese momento, soporto el dolor como puedo y llego para tirarme del otro lado del arco. El señor de la Cruz Roja trata de estirar mis agarrotados músculos y Pablo Lapaz me hace masajes con Ratisalil.

Solo queda la caminata hasta el estacionamiento y la vuelta a casa.

Llego a Montevideo, me castigo con una napolitana y una cerveza bien fría, duermo una larga siesta. Se termina el fin de semana.

El resto de la semana, la pasé cansado, como siempre sin entrenar, durmiendo mal y alimentandome peor. Deseando que llegue el viernes para descansar un poco.

Llega el jueves, reunión muy emotiva de capitanes en la AAU, debido al nombre con que se designa la etapa del Cerrito (Edison Pellejero), el presidente se emociona ante la noticia y el cerrado aplauso.

Pese al cansancio acumulado, una frase escuchada en la reunión ronda en mi cabeza, se hablaba de la fiesta cuando una integrante de la agrupación insta a los socios a que en la fiesta demuestren sus dotes de baile diciendo: “ El baile es la expresión vertical de un deseo horizontal”.

Estoy a tres cuadras de una conocida milonga donde en ocasiones paso música, luego de tan acertado análisis sobre el baile, porque no ir a tomar algo y escuchar (ya que no bailo) algunos tangos.

Como todas las semanas, llego un poco tarde a casa para escribir la crónica, esta vez decido sentarme en la cama para hacerlo. Grave error.

La botella de Cabernet Suavignon que tomé con mis amigos, se transforma en la culpable de que no pasen más de 5 minutos antes de estar dormido.

Llega el viernes, el sol se mete entre la ventana, tengo que llegar a tiempo al trabajo, pero no puedo dejar de escribir la crónica, hoy sale sin pensar demasiado, es como toda carrera, es como la vida misma, es una cuestión de tiempos, es una crónica contra reloj.

Dos años


Tres de la mañana, otra vez caminando por el centro, en una esquina veo parado un taxi, me acerco, el chofer está dormido, no vale la pena despertarlo por un viaje tan corto. Camino un par de cuadras mientras busco otro taxi libre, paso por la puerta de la jefatura, el policía de guardia duerme plácidamente. Continúo mi marcha, miro hacia dentro de un conocido hotel, en la recepción no hay nadie, pero a unos metros en uno de los cómodos sillones, sin ninguna vergüenza, duerme un señor mayor con la cabeza caída hacia un lado.

La semana pasada cumplí dos años desde mi debut como corredor, y no pudo ser mejor el festejo que compartiendo la carrera infantil junto con mi hijo pequeño. Ya ha pasado casi una semana, pero cada vez que hemos estado juntos, recordamos los detalles de la carrera, hace planes para la próxima y al él se le iluminan los ojos.

A él se le iluminan los ojos y a mí también.

A dos años de mi debut no he podido dejar de pensar en cómo sería mi vida si el 29 de setiembre de 2007 no hubiera corrido esa carrera en Colón.

Tal vez hubiera seguido corriendo 30 minutos por semana, o cada 15 días, pensando que era suficiente como para estar, o tratar de estar en forma, tal vez hubiera sido mejor así.

Si yo no corriera, todo sería distinto, pesaría unos kilos más, comería tranquilamente mi napolitana y no estaría pensando en la necesidad de comer fruta, miel, o tallarines. No tendría botellitas con agua en la heladera, ni gastaría en comprar Gatorade, geles, o barritas de cereal.

Tomaría menos agua y más vino que ahora.

Si no corriera, no me dolería todas las mañanas el tendón de Aquiles, no me pasparía ni tendría que ir a la farmacia a comprar vaselina. No estaría preocupado por mi frecuencia cardíaca antes o después del ejercicio. No tendría las uñas negras de mis pies, ni sentiría en las piernas dolores de todo tipo cada domingo.

Si no corriera, no sabría que hay un campeonato que es el más importante de la región, menos que hay carreras que son marca registrada, no gastaría en comprar ni en reactivar un pedazo de plástico verde que una vez até a mis cordones y nunca más retiré.

Si no corriera, conocería muchos menos lugares de los que conozco, nunca hubiera ido a San Ramón, ni a Pueblo Aznares, no hubiera subido la Sierra de las Animas, ni ido dos veces a Piriapolis en una semana solo para subir el cerro San Antonio.

Probablemente tampoco me hubiera comprado una bicicleta, y menos calzas cortas, y mucho menos calzas largas.

En mi ropero habría más camisas que remeras Dry Fit, más vaqueros que pantalones deportivos, y la lavadora no la usaría tanto. No me importaría tener un solo par de championes, aunque notase que ya se está desgastando.

Si hace dos años no hubiera corrido en Colón, seguro que no tendría facebook, ni un blog, ni un modem inalámbrico para estar siempre conectado. No perdería horas de mi vida recorriendo páginas de internet que repiten unas y otra vez las mismas noticias. Tendría muchos menos contactos en el MSN y no habría tantas fotos mías en el ciberespacio.

Si no corriera, mi presupuesto de celular sería menor, tendría pocos amigos a quien llamar y mi teléfono sonaría mucho menos. Serían pocos, o ninguno, los que se preocuparan por mí cuando pongo una frase melancólica en el Messenger, serían menos los que me dan para adelante y me ayudan con un empujoncito a superar esas subidas interminables que tiene la vida.

Si no corriera, no me preocuparía acostarme tarde, ni miraría con envidia a los tipos que duermen mientras yo intento llegar lo antes posible a casa.

Si no corriera no llegaría a casa a las 3 y media de un viernes a escribir una crónica.

Si no corriera, no sería el mismo.


29 septiembre 2009

Las imágenes del fin de semana.


Mi fin de semana se limitó a la CorreColón organizada por los Corredores de Olimpia, algunas obligaciones y algo de pereza, me impidieron de participar del Duatlón por Amanda, que por los comentarios fué todo un éxito, y de los 10K ASSE.

Así que las fotos de este fin de semana se limitan al caluroso sábado y a la carrera más linda de lo que va del año.

Mientras algunos atlétas dejan de correr desde hace varios fines de semana y se dedican a sacar fotos.


Las corredoras de Olimpia hicieron una entrada en calor muy divertida.




Personalemente tuve la suerte de compartir con mi hijo la carrera infantil, verlo sentir la ansiedad antes de la largada, verlo esforzarse por terminar pese al cansancio, verlo feliz con su medalla, fué el mejor premio que he recibido en dos años de carreras.

Algunas fotos más aquí

24 septiembre 2009

Un video de miércoles

Esta semana me dijeron tantas veces que era un chanta, que este es un video ideal para esta sección, más considerando que el video de los miércoles sale un jueves.

22 septiembre 2009

La lluvia cae sobre Montevideo


La lluvia cae sobre Montevideo hoy como ayer. Y no habrá nada especial.


Otra semana más, otros siete días pasaron entre carrera y carrera, esta vez casi llego tarde por culpa del ómnibus, es frustrante cerrar la puerta de tu casa y verlo pasar por la esquina, es frustrante la espera un domingo por el próximo 468, miro el reloj, una, dos, tres, cuatro veces, pasa luego de 25 minutos, cuando por fin este llegando y una vez abajo comenzare mi entrada en calor a tres cuadras de la largada, me perdí la previa, las fotos, los abrazos y saludos, llegué y largué. Luego de 15 días sin correr, rambla otra vez.


La gente que va caminando hoy como ayer, todo el libreto me es igual.


Las caras de siempre, un recorrido casi que conocido de memoria en mis pocos entrenamientos, esta vez me detengo a caminar un par de veces, el sedentarismo se nota, pero no me privo de picar en la llegada, con tanta gente mirando no voy a pasar caminando. Eso se lo dejo a los Maratonistas con heridas de guerra, producto de sus cercanas batallas, ellos vienen más atrás. Ahora si puedo sacar algunas fotos, espero los sorteos y como siempre no tengo suerte, me hubiera venido bien un examen completo, si fuera psicológico.

Las palabras en la misma situación. Un lugar y su gente en la misma dirección.


Entre semana lo de siempre, mirar fotos, leer crónicas, y asombrarse de los disparates de nuestros políticos en su carrera hacia el poder.

Mujica dice que el problema de Chaves es que habla mucho, y a los poco minutos en la misma entrevista se manda terrible macana hablando de la justicia en términos bastante polémicos. El único contrincante de Mújica es el propio Mújica.


Larrañaga dice que “en la época de Saravia se mataba de frente y no por la espalda”, yo me pregunto si quiso decir que dependiendo de la dirección del tiro se puede justificar una muerte.


El Miércoles un cansado y molesto Luis Alberto Lacalle se molesta con un grupo de alumnos de periodismo que le preguntaron como hacía para vivir solo de su jubilación, teniendo un campo en Florida, una casa en Punta del Este, varios escritorios en Montevideo, una casa en Carrasco y algunos pocos Bonos del Tesoro.


Al otro día Bordaberry dice que Lacalle esta entregado y De León sigue insistiendo en que los colorados no deben prestar el voto, ¿cuándo entenderá el Hugo que ya quedan pocos colorados?


Ya sobre el final de semana un conocido dirigente deportivo disertando sobre métodos de fecundación y tras dar argumentos con lujo de detalles, termina su exposición diciendo: “Será ordinario y vulgar pero sale un lindo gurí”


Esta semana no puede dejar de pensar que siempre es mejor callarse la boca.

La lluvia cae sobre Montevideo hoy como ayer. Solo será un día más.


Otro día con los pies mojados, no hay cosa más molesta. Otro día caminando sin paraguas, buscando techos y galerías para cubrirme. Otro día esquivando charcos y evitando ser salpicado por los autos al pasar. Otro día con una buena excusa para no entrenar. No sé si es la soledad, el final del invierno, o la nostalgia que siempre me acompaña, pero prefiero los días lluviosos.


Las horas que van pasando hoy como ayer terminan conmigo y con los demás.


Otro viernes, otra crónica.

18 septiembre 2009

Poniendose al día.

Esta semana faltaron las imágenes del domingo y los videos de los miércoles.
No hubo ningún motivo especial, solo faltaron ganas de hacerlo, pero como siempre pasa, me siento en deuda con los que, por casualidad llegan a esta página.

Así que por esta vez haré un resúmen de la semana en unas pocas fotos.

El domingo carrerita por la rambla, con mucha gente y lindos premios. Como siempre, al igual que yo, hay mucha gente sacando fotos.


El lunes fué el lanzamiento de la carrera organizada por la Fuerza Áerea, el miércoles el de la etapa de Las Piedras, a la primera no fuí por miedo a que los servicios de inteligencia me detuvieran, pero si estuve en la ciudad canaria sacando fotitos y degustando un rico lunch.


El jueves fue el desafío Gorzy-Cammarota, aprovechando la cercanía de la llegada con mi lugar de trabajo, estuve para registrar algunas imágenes, pensaba sacar fotos a los protagonistas, pero encontré cosas más interesantes, al igual que un colega pedrense de nombre David.

Semana Post Maratón.



Algo no funciona bien, recorro las páginas de atletismo y solo me encuentro con románticos relatos y hasta algún poema sobre maratones y el esfuerzo y sacrificio de abnegados corredores que tras meses de entrenamiento cruzaron la meta luego de recorrer 42195 metros.
Agradecimientos a la madre, a los hijos, a esposas y esposos, y hasta saludos para el almacenero que les separaba las mejores bananas.

Sigo preguntándome de donde surge esa necesidad de tener que relatar con lujo de detalles que músculo dolió en tal kilometro, y a cuantos amigos saludé en la última parte de la carrera o después de cruzar el arco, o si tome un gel en el km 20 o en el 35, si el agua estaba tibia, caliente o fría. Debe ser que los que corren quedan tan doloridos que lo único que pueden mover son los dedos sobre el teclado.

Ya tendré oportunidad de contar mi experiencia, y derramar unas cuantas lagrimas, supongo que el próximo año, siempre y cuando logre convencerme y aprender ciertas cosas sobre el entrenamiento que me tienen confundido.

Como pude haber renunciado a correr el maratón de Punta del Este porque el invierno estaba muy frío y no me daban las ganas para correr todos los días, cuando Dulce de Leche se entrena para los 42k de Villa La Angostura haciendo bicicleta estática y método Pilates, mientras recorre el país buscando carreras de 8K para tomarlos como fondos.

Aún recuerdo el día, fue el 3 de Junio cuando con JX, Trillas y Rai nos comprometimos a comenzar el entrenamiento para el maratón. Los dos primeros lo cumplieron, y el tercero me llevo engañado un par de semanas hasta que guiado por la locura viajera de Dulce de Leche cambió de opinión. Yo no necesitaba demasiado para desistir, siempre dije que soy fácil de convencer, y ante los primeros fríos decidí quedarme en casa y esperar otro año más.

No es fácil salir en invierno a correr todos los días, la estufita es más alentadora que la rambla y el acolchado siempre esta más pesado en la mañana, como para poder levantarlo temprano y salir de la cama. Más importante que los kilómetros recorridos, son las horas que se le dedican a entrenar y se le roban a la familia, al trabajo y al tiempo de descanso.

No se trata de rendimiento, no se trata de fortaleza, no se trata de resistencia, se trata de voluntad, y eso no se entrena, se tiene o no se tiene.

Algo no está bien, mientras escucho conversaciones sobre alimentos integrales, discusiones sobre cuantas calorías aporta un alfajor de dulce de leche, y si es mejor mezclar la granola con miel o con yogur, en lo único que pienso es en llegar a casa para llamar al delivery de la pizzería y mientras lo espere, releer las crónicas, mirar las fotos, recordar lo vivido el domingo desde afuera y esperar a que llegue mi momento.

En lo único que pude ocupar mí tiempo esta semana fue en prestar atención a mis dolencias y luego de superar mis miedos, tras 15 días sin moverme, correr durante 30 minutos a un paso que casi no se diferenciaba con caminar.

Digamos que es el comienzo de mi preparación para el próximo maratón.

09 septiembre 2009

Las imágenes del fin de semana.

Fin de semana de maratón, y una nueva oportunidad de compartir con un montón de gente el esfuerzo por alcanzar sus objetivos.

Organización excelente, los equipos de la AAU colaborando con color y alegría a lo largo del camino, y cientos de fotos dejando registro de todo lo que sucedió este domingo.

Puesto Rojo en el km.30, muy colorido, con buena música y terrible onda.


Correcaminos con Felipe cumpleañero


La imágen más fuerte, el presidente de la Agrupación con su nº 001, pasando descalzo por la media maratón.

04 septiembre 2009

Todo por levantarse temprano.

La alarma sonando por tercera vez, ya pasaron 25 minutos de la hora prevista para levantarme y salir a correr, no siento que llueva, aunque el viento mueve los arboles de la calle Gaboto. Es ahora, me levanto ya, o será otro día más en la semana que sigo de largo y postergo mi puesta a punto con el entrenamiento.

Soy bastante cuidadoso, la semana anterior opté por no correr la Transierras sabiendo que si lo hacía, eran más las probabilidades de perderme, pinchar tres veces, romper el inflador y fundirme físicamente que de terminar en tiempo tan linda carrera. De todos modos fui a dar el apoyo que se merecen los compañeros de equipo, que si se atreven a estas aventuras. Por supuesto que hice lo que siempre hago, sacar fotos, y vagar durante 6 horas por las sierras de Minas. Volví a casa tan cansado como si hubiera corrido.

Luego de varios días intentando que las ganas se pusieran de acuerdo con el despertador, por fin logré correr el acolchado y poner los pies en el suelo. En una esquina del cuarto me esperaban mis championes y la ropa pronta para mi sesión de entrenamiento matutina, me puse de pie, y en un par de minutos me di cuenta que este sería otro día sin entrenar.


Abro los ojos, entre las cortinas blancas veo que el reloj marca las 4 de la tarde, hace hora y media que me dormí, me duele un poco el brazo por culpa de la vía intravenosa que me colocaron ya hace 7 horas, el suero gotea lentamente.

Ya sin sentir dolor, repaso las primeras horas de la mañana, fue solo levantarme para que empezara a sentir una molestia en los riñones, molestia que cada vez se hizo más fuerte y abarco toda mi espalda, camine de un lado a otro, me volví a acostar, me volví a parar, sin encontrar acomodo el dolor se fue transformando rápidamente en algo insoportable.

Ya había escuchado comentarios y hasta visto personas sufriendo de cálculos renales, sabía que si era eso lo que me estaba pasando no lo iba a poder solucionar solo. Con la poca fuerza que me quedaba para hablar llamé un taxi y me senté en la puerta a esperarlo, no puedo estar sentado y me paro, no puedo estar parado y camino en círculos, una señora desde el edificio de enfrente me mira extrañada, como demora el taxi.

Cuando llega el coche, me tiro en al asiento trasero y solo le digo el destino, el viaje también se hizo largo, aunque creo que el tachero se esmeró en demorar poco, al llegar a la emergencia de Casa de Galicia me arrastré, le tiré la cedula al recepcionista y apoyé mi cabeza en el mostrador, ya me dolía hasta el hablar.

No se cual era mi estado en ese momento, pero evidentemente daba lástima, me atendieron enseguida, noté que las pocas personas que estaban siendo atendidas me miraban con cara de susto, mientras yo estaba tirado en un sillón quejándome ruidosamente.

El calmante tardo unos 30 minutos en actuar, mientras hacía fuerza para aguantar un poco más, pensaba en como soportamos el dolor cuando corremos, pero esto era bastante más difícil.

Aunque dormí un par de horas, me siento como si hubiera corrido una maratón, o una media por lo menos. No quiero ni mirarme al espejo, tengo miedo de asustarme.

Y más miedo de que el dolor vuelva a aparecer.

Lo ideal es terminar de escribir esta crónica y volver a acostarme, por unos días no me voy a preocupar de entrenar.

02 septiembre 2009

Un video de miércoles.

¿Qué estas dispuesto a dar por los demás?

Las imágenes del fin de semana.


Esta vez otra carrera vista de afuera, una vez más con gran acierto de mi parte que me ahorré en el mejor de los casos, un seguro sufrimiento de 6 horas, aunque dudo que con mi poca experiencia hubiera logrado terminar una carrera tan exigente.

Primero un pequeño plano para orientarse, luego interminables bajadas y subidas entre las sierras.




Impresionantes lugares para salir a pasear un fin de semana. Eso si con mucho tiempo para volver al punto de partida sin perderse.



Mas fotos aquí

29 agosto 2009

Para vos, viejita.

Esta crónica podría hablar de la nostalgia, y de esa moda de los últimos años de usar el feriado del 25 de agosto para organizar fiestas de todo tipo, color y tamaño (y precio por supuesto) para que los que casi nunca salen puedan tener una escusa para comprar ropa interior, ir a la peluquería y hasta pasar la noche en un hotel de alta rotatividad. Digo yo, ¿esto lo hacen solo una vez al año?, que aburrido ¿no?
Los veteranos y los no tan veteranos salena bailar o cenar, se escuchan durante semanas los mismos temas musicales, los informativos hacen los mismos informes que años anteriores y volvemos a ver la cara de Berch Rupenian, Henry Mullins y Pablo Lecueder en la televisión.
Ya nadie se acuerda lo que paso en el año 1825, y el informe sobre el acto en la Piedra Alta de Florida, ocupa un lugar secundario en los medios de prensa.
Para mí y un montón de gente es la oportunidad de hacer unos pesos, así que no me voy a quejar demasiado.
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Esta crónica podría hablar de las actitudes de algunos organismos oficiales, que dejan de pensar en lo que es mejor para los corredores, y deciden en función de sus intereses particulares, o de sus diferencias con otras personas.
Parece cuento, pero no lo es, ¿o debería decir “parece joda”?
Soy un convencido de que no existe ser humano, que no mantenga cierto grado de locura en su proceder diario, se podría decir que la locura ya es parte de lo normal.
Los que corren están locos, los que no corren están locos, y por lo visto los que pretenden organizar a los que corren, no corren, por ende también están locos.
Ósea, es normal que estemos todos locos.
En este país lo único que importa es defender tu propia chacrita, nadie le da bola a nadie, y al final nos terminamos perjudicando todos.
Si Ramoncito organiza una fiesta el domingo, Josecito se enoja porque el otro es más popular y se va a llevar todas las minas, entonces le pide a Daniel, el hijo del bancario que tiene una linda casita en la rambla que organice un asado el mismo día. Cuando Daniel manda las invitaciones, se entera Ramoncito.
Ramoncito se enoja con Daniel, Daniel con Josecito porque no le dijo nada, y Josecito con Ramoncito por armar lío.
¿Y quiénes se joden? Los invitados que tienen que elegir entre la fiesta y el asado cuando les gustaría ir a los dos lados.

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Pero esta crónica es para otra persona.

Es para vos que nunca me leíste y que ni siquiera supiste que corría 10 kilómetros en 47 minutos. No se si me llegarías a entender si te lo explicaba, ni siquiera si me creerías que hay unos cuantos que leen lo que escribo.

Nunca me contaste un cuento antes de dormir, no hacías ricas tortas y hasta podría decir que no recuerdo muchos abrazos, pero es algo que no puedo asegurar. A tu modo nos contuviste en nuestros primeros años.

Aún recuerdo cuando a mis 6 años, ataste un cordón de mis zapatos y me dijiste: “el otro lo atas vos”, y te fuiste dejándome solo y pensando porque hacías eso. Por supuesto que me esforcé y lo até, y desde ese día siempre los he atado solo.

Recuerdo las veces que te acompañaba a vender ropa usada a la feria, cuando hacíamos largas colas en la caja de jubilaciones, y hasta tus incomibles tortas fritas.

No creías en Dios, o por lo menos nunca me lo dijiste, pero igual una vez por mes, íbamos a la iglesia del Cordón a buscar una bolsita de ropa y comida. Nos llevabas a la escuela, a la placita Varela, y en verano nos rezongabas cuando no nos queríamos ir de la playa Ramírez.

No teníamos un peso, vivíamos en un galpón, pero supimos a tu lado, crecer felices.

Hace más de 15 años los médicos aseguraron varias veces que te quedaba poco, pero siempre fuiste terca y les demostraste que se equivocaban. Ya el último tiempo casi no veías, y apenas escuchabas, pero sentir a tus bisnietos cerca te dibujaba una sonrisa. Y aunque no podías caminar, te las ingeniabas para bajar tres pisos por escalera a jugar a la quiniela.

Al final no me reconocías y me decías “Cacho”, como le decías a ese hermano tuyo que se fue hace tiempo, y con el que espero puedas estar ahora.

Ayer cuando te fui a ver por última vez, pase por ese quiosco donde hacías tus apuestas, y en tu nombre jugué un par de números, algunos de los que siempre seguías, me fue como a vos la mayoría de las veces y no saqué nada.

Hasta luego Ema, o mejor dicho como te dicen mis hijos, “abuela viejita”.

Entre nostalgia y velocidad, un montón de divagues.

La pared inmensa enfrente, la cancha de monolítico impecablemente fría a los pies.
La paleta Guastavino de 480 grs. se hamaca en mi mano derecha, busca pegarle a la Spalding azul con fuerza y precisión, a veces lo logra, a veces no.

Al ruido de la pelota siendo golpeada por la paleta y rebotando contra la pared, solo lo acompaña el sonido de la respiración de los jugadores, entre tanto y tanto algún chiste, alguna risa o baboseada, y a seguir jugando.

Las carreras cortitas para llegar a la pelota antes del segundo pique se repiten una y otra vez. Los partidos a 21 pasan uno tras otro.

Más tarde vendrán los 45 minutos de gimnasia, las dos horas de fútbol de salón, y tres veces por semana, las prácticas de voleibol hasta las 12 de la noche.
Al otro día el madrugón, para ir a trabajar en bicicleta.

Hace 20 años el tiempo y el cuerpo me daba para todo esto, hoy lo más agotador que hago es ejercitar los dedos sobre el teclado.

Hace 20 años Benjamín Sinclair Johnson corría los 100 mts en 9,79 segundos batiendo un record que le duraría solo tres días por culpa de los malditos esteroides. No solo perdería una medalla, también la posibilidad de ganar entre 10 y 15 millones de dólares en contratos. Eso si, ganaría la carga de ser recordado por ser alguien con muchos musculos y poco cerebro.

No voy a caer en la pavada de mencionar que a fines de los 80, en este país, los cuadros grandes eran cuadros grandes, y disputaban finales de campeonatos de América y del mundo. Ni que Uruguay podía jugar en tres mundiales seguidos, aunque siempre perdiera en la misma fase.

Por suerte ya no me importaba el fútbol y de a poco me iba dando cuenta que no tenía las cualidades para destacarme en ningún deporte. Lo mío era solo participar y divertirme, difícil que le ganara a alguien.

Después de tomar conciencia de mis dificultades para brillar en lo deportivo, decidí entrar en un largo receso para planificar mi regreso a las canchas con mayor éxito.
Luego de casi 15 años sin actividad volví a la práctica deportiva, pero como ustedes saben sin lograr destacarme, por lo menos en lo que se refiere al rendimiento.

Lo pensé, y lo pensé hasta que mirando por la tele al Jamaiquino Usain bajar sus records con tanta facilidad, y después de ver la belleza de sudafricana Semenya a quien le cuestionan su sexualidad, hice una asociación de ideas con lo sucedido a Ben Johnson.

Antes de lograr mejorar sus tiempos, Johnson contrató varios agentes y médicos, como el estadounidense Larry Heidebrecht y el libanés Jamie Astaphan , por lo que he pensado seguir su ejemplo y contratar a un cirujano plástico para que moldee mi figura y a un coreógrafo que me ayude a estilizar mi estilo de carrera, así como también algún traficante que me proporcione algunas sustancias prohibidas. De toda esta mezcla de especialistas surgirá un nuevo Tubino.
Un tipo veloz como Bolt, con grandes aspiraciones como Johnson y de una belleza indiscutida en el correr como Semenya.

¿Quién sabe?, el tiempo pasa, lo que parecía imposible hace 20 años, ya lo vemos con normalidad hoy. Ya no nos preguntamos si será posible bajar el record de los 100 metros, solo esperamos con ansiedad conocer en cuantas milésimas de segundo se detendrá la próxima vez el reloj.

Si en las fotos de hace uno o dos años veo al mismo compañero gordito que ahora se me adelanta con facilidad en todas las carreras, ¿no será posible que en algún momento sea yo el que llegue primero a la línea de meta?

¿Quién sabe, no?

25 agosto 2009

Las imágenes del fin de semana.

El domingo un amigo me dijo, si no corriste los 10K del Cerro, no corriste 10K.
Será que siempre las carreras más duras son las más disfrutables.



Muy lindo día para que los vecinos de la villa pudieran disfrutar del multicolor pasaje de corredores.




Al otro día, en plena noche de la nostalgia aún se sentía el dolor en las piernas, lo que no impidió bailar y seguir moviendo el cuerpo.



Todas las fotos de la carrera aquí

15 agosto 2009

Otra semana más.

Domingo a la tarde, estoy en el cine junto a mi hija, pasaron solo 3 horas desde que terminó una nueva carrera, no tuve tiempo de almorzar, solo de bañarme y salir volando a buscarla para llegar a la función en hora, la película dura 170 minutos, almuerzo pop y coca cola, cabeceo varias veces, mis piernas no encuentran acomodo y siento el cansancio, pero esta tarde el tiempo es para ella.

Y para mí junto a ella.

Luego el largo regreso a su casa, la charla cotidiana sobre el colegio, sus amigas, la película; charla poco profunda en contenido pero tan necesaria para sentirnos unidos; no le hablé de carreras, de tiempos ni de entrenamientos. No creo que le interesen mis promedios y cuantos puntos de ventaja me lleva algún compañero.

La tarde es de ella.

Solo por pelearme, y aún sabiendo mi respuesta, me pide volver en taxi, le explico las ventajas del boleto 2 horas y el beneficio de no pagar boleto por su edad. No la convenzo, pero el ómnibus llega antes de que me siga peleando.

El fin de semana termina, hago el esfuerzo de terminar de leer un buen libro que empecé el viernes, pero los ojos se me cierran. Será mañana.

Lunes regenerativo por la rambla, más que trotar caminé, 7K en 40 minutos, un verdadero paseo. Termino el libro.

La semana transcurre con el objetivo de descansar y entrenar. Me levanto temprano, llego y me voy en hora del trabajo, corro por la rambla un par de veces en horarios normales para un buen deportista, y me alimento de una forma casi, casi sana. Hasta cometo la locura de cocinar.

No es que me preocupe que mi principal contrincante en la tabla de la AAU ya me haya sacado 10 puntos de ventaja, cuando hace un año yo llegaba a la meta 10 minutos antes que él, no, eso ya lo dije, no me interesa.

No es que la próxima carrera debamos subir el cerro, y aún recuerdo el año anterior, cuando por haberme acostado el mismo día a las 4 de la mañana camine un poquito sin que nadie lo notara, hace un año era un desconocido atleta libre, hoy debo cuidar mis apariencias.

A veces es necesario dejar de lado la competencia, sobre todo cuando uno ya no puede ganarle a nadie. Aunque siempre es difícil dejar de sentir la obligación de hacer algo por mantener los tiempos, de por lo menos una o dos veces por semana salir a correr y convencerse de que estamos entrenando, aunque después comamos y tomemos cualquier cosa.

Jueves, final del día, casi el final de la semana, subo al ómnibus esperando conseguir asiento para comenzar a leer una novela que me han prestado. En la radio del 130 se escuchan temas lentos de los 80, mientras espero para sacar el boleto relojeo el pasillo y solo quedan un par de lugares libres, hoy tengo suerte y viajo sentado. La señora del asiento contiguo tiene los mismos planes que yo, y también se hace de un libro para acompañar el viaje de 45 minutos. La luz del bondi no ayuda a leer, todos los tubos son azules y entre la música y la luz negra parece que viajamos en una discoteca, lo comento con mi vecina de asiento, nos reímos un poco, me dice que esa luz no sirve para nada, y le contesto que para bailar seguro que sí. Se ríe otra vez, y empieza a leer.

Semana prolija esta, por lo menos al principio, aún me quedan viernes y sábado para trasnochar.

10 agosto 2009

Las imágenes del fin de semana.

Otra etapa muy bien organizada por el equipo de Los Rojos, el Centro Protección de Choferes y el constante apoyo de la AAU.

Carrera para los más chicos, participación de toda la familia Roja en la organización y presencia de los atlétas de elite.

Medallas para todos los niños y para todos los grandes.

La Agrupación sigue creciendo, en número de participantes y en profesionalismo al organizar sus etapas.

De mis tiempos mejor no hablar.









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