21 junio 2010

Click!

Ayer le regalé a mi hijo de 6 años una camiseta celeste, sus saltos de alegría me sorprendieron y emocionaron a la vez.

Pensé que 20 años sin una victoria mundialista nos habían hecho olvidar ciertas cosas, y me di cuenta porqué, durante una fracción de segundo, dudé en gritar el primer gol de Forlán frente a Sudáfrica, sensación rara, como de no saber que hacer.

Cuantos niños y mayores viviendo por primera vez esta efímera alegría; en unos días (o semanas si la suerte ayuda) todo volverá a la normalidad.

Mientras tanto, disfrutemos y que siga el juego.

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