Recorro Montevideo caminando una y otra vez por sus veredas de baldosas grises, y en un rincón mientras saco una foto recuerdo un poema de Benedetti:
Ah si pudiera elegir mi paisaje
elegiría, robaría esta calle,
esta calle recién atardecida
en la que encarnizadamente revivo
y de la que sé con estricta nostalgia
el número y el nombre de sus setenta árboles
¿Me estaré poniendo viejo?
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