23 noviembre 2009

Cantando el himno...


Ya estoy por empezar a escribir la crónica…..

Solo estoy esperando que el Zurdo Bessio termine de cantar el himno.

Me duelen un poco las piernas, soy muy patriota y el himno hay que cantarlo parado, sigo esperando que termine para empezar la crónica.

“...yyyy que heroicos sabremos cumplir, que sabreeemos cumplir, sabremos cumpliiiiirr…”

Uy!, me comí el amague, es la versión completa, sigo esperando.

Esteeeee… che, Zurdo, cantas precioso… pero anda terminando porque los jugadores se están enfriando.

Sé que es una falta de respeto, pero voy a seguir el ejemplo de los jugadores de Costa Rica y me voy a correr, que se yo, unos 10 km, cuando regrese en una de esas ya puedo empezar mi crónica.

¡Uruguay noma’!

La selección jugó como siempre, muy mal, ¿pero eso a quién le importa? Terminamos sufriendo y pidiendo la hora como siempre, ¿pero eso a quién le importa?

La transmisión televisiva estuvo en silencio unos minutos tratando de pasar por alto que los empleados de Tenfield estaban a las piñas con los suplentes del rival, pero, ¿eso a quién le importa?

Clasificados otra vez a un mundial, unos cuantos palitos verdes para la Asociación Uruguaya de Fútbol. Buen negocio para las empresas televisivas, viajes para los periodistas, y la seguridad que durante seis meses vamos a encontrar promociones con sorteos de todo tipo para ir a Sudáfrica.
Puteamos durante 30 meses a la selección, pero hoy estamos todos adorando la clasificación y sintiéndonos una vez más como parte del primer mundo futbolístico, no jugamos a nada, somos los últimos en clasificar, por tercera vez peleando un repechaje, ya estamos intentando para el 2030 ser sede del Mundial y así no tener que jugar las eliminatorias, la única contra sería que nuestra selección jugaría siempre de local, y ya ha quedado demostrado que jugamos mejor de visitante.

En ese aire de no ver nuestras carencias futboleras, lo que más preocupa es si la versión del Himno Nacional, estuvo o no acertada. Si es una falta de respeto o no, si fue corta o fue larga, si el que cantara el Zurdo fue un mensaje subliminal de la izquierda en medio de la campaña política, el comando de campaña blanco está preparando un spot publicitario donde se aclara que esta versión es parte del arsenal de Feldman, y muchos etcéteras más.

Durante todo el día no dejaron de llegarme los correos de Facebook con los comentarios a favor o en contra de esta versión de tan solemne emblema patrio. Veo los noticieros, escucho los programas de radio, todos opinan.

Me sorprende ese rebrote de patriotismo, por una versión algo murguera del himno, cantado en un partido de fútbol.

¡¡¡Un partido de fútbol!!!!

Es solo un partido de fútbol, debería ser solo un juego, debería ser solo deporte, pero se transforma en un negocio, donde le conviene a las empresas, a los contratistas, a los que hacen dinero con la pasión de la gente, transformarlo en una cuestión de honor. No importan los medios, si vende está bien.

Es solo una versión del himno, esto ya lo hacen en el boxeo….., en el Boxeo!!!!!!!, que tiene de patriota el boxeo, por favorrrrrrr!!!!.

Pero como el boxeo lo miran unos pocos loquitos, nadie se entera. A no ser que la pelea sea de una de estas modelitos como Chris Namús o Cecilia Comunales, unas caritas lindas que también venden bien, aunque de boxeo no se que tanto saben.

¿Secretario, cuando empezamos a cantar el himno en el campeonato de la AAU?
¿Podríamos hacer una versión distinta en cada etapa no?

Volviendo a lo importante, creo que escribir durante el mundial 2010 desde Sudáfrica, también vendería bien, le haría un seguimiento especial a la selección y al pato celeste, si él puede porque yo no, que tengo un pato en todas mis crónicas.

Solo tendría que conseguir algún canje para el pasaje, por la estadía no hay problema, me hago socio de Hostel o me instalo en algún camping de la zona entre los leones, total creo que será por pocos días, lo que dure la primera fase.

Voy tramitando el pasaporte.

14 noviembre 2009

MARICONEANDO UN POCO

Nochecita de calor, desanudo mi corbata, hoy una campera roja no tiene utilidad, de todos modos me convierto en torero, dos toros muy risueños me persiguen, sus dedos en la cabeza me señalan tal cual cuernos amenazantes; con suma elegancia los esquivo, una, dos veces y me dejo embestir.

Corremos, jugamos a la “atrapada” (en mi época era “la mancha”, pero no me voy a poner a cuestionar a mis contrincantes), no los puedo alcanzar, ni ellos a mí, escucho sus risas, sus ojitos brillan, hacía tiempo que no jugábamos los tres, y había olvidado cómo puede llenarte de energía ese sonido, esas miradas felices.

Me reencuentro con mis hijos luego de varios días, no es mucho el tiempo para compartir, nunca es suficiente, es poco para ellos, y es poco para mí. Igual lo disfrutamos al máximo, sabiendo que, como dice Kesman: “¡es lo que hay valor!”

La noche anterior también estuvo muy agradable, corrí tranquilo por la rambla, un poco tarde, sin exigencias, y sin mirar el reloj. A pesar de estar a una hora y poco de empezar un nuevo día, me cruzo con varios conocidos, un par de Halcones, un gauchito legendario, y el que corrió la Nike con camiseta celeste y se distingue en todas las fotos.

Llego a casa, leo la crónica de Fernando, la vuelvo a leer, y le escribo un mail agradeciéndole ese cable a tierra, ese bajar por unos segundos a la realidad que nos rodea y que no queremos ver por estar tan metidos en nuestros “problemas”.

Todos necesitamos un cable a tierra, nosotros lo buscamos corriendo, aunque parece que no nos alcanzara con usar nuestras energías gastando championes por la rambla, por el prado, por cualquier avenida de Montevideo o cualquier ruta o camino vecinal del interior. A veces necesitamos un golpe un poquito más bajo, algo que con su dureza nos haga valorar aquellas cosas realmente importantes que tiene la vida.

Todos pasamos por momentos jodidos (si no te pasó, lamento decirte que ya te va a tocar), es algo natural, son esas subidas y bajadas de la vida que mencionaba el Tío Alpino hace unos meses, y que los que vamos agregando años de experiencia en nuestro currículum aprendemos a llevar(o sobrellevar)

Personalmente estas últimas semanas no han sido muy buenas, mis compañeros de trabajo, que me ven la cara todos los días, lo están sufriendo. Algunas personas de las que me quieren también, desde aquí les pido disculpas, pero cuando uno anda así de lo que menos tiene ganas es de andar dando explicaciones. Pero no es para preocuparse, ni siquiera yo lo hago, siempre hay momentos, lecturas y personas que te motivan a seguir buscando esa bajada que viene después de una subida interminable.

Jueves de mañana, los más ansiosos del grupo parten hacia una nueva aventura, el “Capi” y “Dulce de Leche” se van a correr a Villa La Angostura, deben subir al bus de las 8, quedé con ellos que los iba a despedir. No suelo ser puntual, me cuesta mucho levantarme, pero como si fuera una carrera importante, suena el despertador 6:30 y me levanto. Una hora después estoy cerrando la puerta de casa y suena mi celular, mis “amigos” dicen que ya están subiendo al ómnibus, aunque pueden hacerlo en uno que parte a las 8, lo están haciendo en ese momento, entiendo la típica ansiedad que los caracteriza y los despido y deseo suerte por teléfono.

Llego una hora temprano a trabajar, mientras tomo un café y vuelvo a leer la crónica de Nando, mi hijo me llama para que le explique cómo prender el DVD poder ver Kung Fu Panda.

10 noviembre 2009

Soy un Emo

En ese camino constante por la búsqueda de mi destino, esta semana me fui dando cuenta de lo que en realidad me estoy convirtiendo.

Por las dudas le pregunte a mi consejero de cabecera, mi estimado amigo Google, quien luego de una simple pregunta, me dio algunas características de personalidad, las cuales no pude evitar asociar a mi presente de corredor.

Le pregunte al tío Google: “¿Como ser Emo?”

Me contestó que Emo se nace, no se hace, me hablo de la vestimenta, del calzado, del peinado y del maquillaje.

Corredor se nace, no se hace. Primero deberás saber que lo que elegiste ser viene cargado en tus genes, esto no es para cualquiera, implica sacrifico, e identificarse con lo que eres.

La vestimenta importa. De las cosas que más distinguen a los corredores son su vestimenta, ellos siempre estarán vestidos con ropa deportiva, usaran remeras de distintas carreras y llamativos championes, no importa si van a una entrevista de trabajo o a un velorio, siempre, siempre con calzado deportivo

Un Emo siempre está deprimido, siempre busca dar lástima a quienes lo rodean, y sobre todo habla sin mirar a la gente a la cara.

Un corredor siempre esta de mal humor, nada le sirve, siempre opina y critica, y nunca dice las cosas a la cara, para eso están los minichat.

Un corredor hablará todo el tiempo de los mismos temas, aburrirá a su familia y a sus amigos, y ellos lo mirarán con lástima, lo escucharan y trataran de entenderlo, mientras piensan y recuerdan que cuando empezó a correr lo hizo para estar mejor, y es evidente que cada vez está peor, de la cabeza claro.

Un Emo no debe estar gordo, le entra a las drogas aunque no sea necesario y siempre termina diciendo que dura que es la vida.

Un corredor no debe estar gordo, le entra a las drogas aunque no sea necesario y siempre termina diciendo que dura que es la vida. (¡je je!, solo tuve que cambiar una palabra de esta oración)

Los Emo escuchan determinados tipos de música que siempre los acompaña.

Algunos corredores también se acompañan con algo de música, otros prefieren escuchar su propia respiración, otros eligen conversar durante diez kilómetros y los más audaces se atreven a soportar los chistes de algún compañero como Popo.

Ser Emo, no es barato, se requiere algo de dinero para sus caprichos, aunque tengan que pedirle a sus padres.

Nadie tiene dudas de lo caro que es ser corredor, a mí ya no me queda persona por pedirle dinero prestado, ya sea para inscribirme en las carreras comerciales, para comprar un par de championes o para los tallarines del sábado, ¡éramos tan pobres!

Por último un buen Emo, debe necesariamente publicar toda su vida en la web, hará esto para que la gente sepa quién es y lo que hace, cuando lo haga deberá hacerlo con myspace, fotolog o blogger y escoger un nombre que sea moderno y antiguo a la vez, si no tiene sentido, mejor. Ejemplos: aspirinaazul, pussypink, suicidioguay, elperrodelanieve

Es imprescindible para un buen corredor tener su propio blog, tener un perfil en Facebook y un álbum de Picasa, para contar su vida, sus experiencias, su sentir en cada carrera. Algunos se animan un poco más y cuentan detalles de su vida, otros sacan miles de fotos para compartir, lo importante es estar en la web, sino no existís.

¿Seré tan parecido a un Emo?

¿Seré un Emo-Corredor?
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08 noviembre 2009

Domingo de Elecciones


Domingo de elecciones, domingo sin carrera, que alivio… Un poco de descanso.

La televisión infumable, los tres canales privados informando una y otra, y otra, y otra vez lo mismo durante 14 horas, informes desde un circuito a otro con periodistas debutantes, periodistas veteranos y periodistas deportivos, periodistas sin nada nuevo que decir. Seguro que si organizamos una carrera a las 3 de la tarde del 29 de noviembre se consigue la atención de todos los canales televisivos que se desviven por llenar transmisiones gigantes con absolutamente nada.

Domingo de elecciones con sol radiante para pasear por la rambla, no para correr ya que es demasiada la gente caminando, hago varios kilómetros en la bicicleta, saco algunas fotos, como una torta frita y cerca del cierre de las mesas de votación vuelvo a casa. No puedo perderme las peleas entre periodistas por transmitir la apertura del primer sobre, las tácticas y los sobornos utilizados son dignos de una película clase B, más lamentable el relato futbolero para describirlo.

Domingo, fin de la veda, en canal 4 hace minutos que desapareció el reloj de la pantalla, en los tres canales los directores de las encuestadoras dicen casi lo mismo sobre lo que todos queremos saber: “no se sabe”. Aldo Silva de forma patética se desespera por algún dato más. El sordo arriesga un resultado sobre uno de los plebiscitos y mete la pata. Unos minutos después Botinelli asegura que habrá segunda vuelta y ya todo pierde la gracia.

Todo un domingo esperando ese instante, ese anuncio que hubiera podido ser el comienzo de largos festejos para una gran mayoría, pero cosa rara, fue al revés.
El tercero festeja como nunca su segunda peor votación de la historia, los primeros afirman que están felices pero olvidan decírselo a sus propias caras, el segundo respira aliviado, y también festeja. Aún no entiendo porque los festejos se dieron en intensidad inversa a los resultados de cada partido.

Poco quedaba para ver, el apoyo de un candidato a otro era algo ya conocido, el reboleo de bandera de Hugo y el “feliz cumpleaños” con música de Las Ardillitas para Jorgito muy bizarro.

Domingo a la noche, Plaza Matriz, frente a la sede del Directorio del Partido Nacional, los militantes blancos aplauden porque la ley de impunidad no ha sido anulada. No los entiendo y creo que ellos tampoco deben entender mucho. Se puede estar de acuerdo o no, se puede haber votado o no, la decisión de cada uno siempre es respetable ,pero hay cosas y temas muy delicados que aún causan dolor en mucha gente, que no se pueden festejar, es un tema de respeto y de valores.

Ese festejo despreció a los muertos, pero mucho más despreció a los vivos, a los familiares, a los hijos de los muertos, desaparecidos y torturados.

La trasmisión televisiva termina sin muchas novedades, y le da paso a los pastores y al telechat. Me acuesto temprano, el acto eleccionario no cambió mi vida ni la va a cambiar el próximo, ya es lunes, vuelta al trabajo, a correr por la rambla con menos gente, a descansar por unos días de la campaña política. Durante la semana ya se verá en los informativos interesantes análisis del contenido de los votos anulados, desde salame, preservativos con o sin uso, fotos varias, billetes, cartas y un lápiz táctil de un celular, quien lo perdió ya sabe dónde buscarlo, como la señora que voto a Pedro y al SI rosado y dejo la cédula junto con el voto.

En exactamente un mes volveré a estar prendido a la tele, para escuchar puntualmente a las 20 30, al primer encuestador que pueda afirmar sin equivocarse, quién nos dirá ese mismo día: “¡Festejen uruguayos, festejen!”