El editor de la página de Sayago no solo aprovecha el saludo por mi cumpleaños para presionarme con esta crónica, también me invita a almorzar, y en el momento de la despedida, como de casualidad y con culpa me dice: “no te olvides de la crónica”.
Ojo que no es el único, varios aprovecharon el contacto y entre saludos y felicitaciones no dudaron en recordarme que “mañana es viernes, espero tu crónica”.
No entiendo porque dejó de interesar si algún moreno keniata bajó un segundo el record mundial de cualquier distancia, o si en la pista de atletismo participaron 10, 15, o 3 atletas en las pruebas del fin de semana.
No entiendo que ya no importe ayudar a un corredor que consulta en una pizarra como hacer para no pasparse los genitales porque según él, su tamaño le juega en contra (me remito a lo leído hoy en la pizarra de Halcones)
Yo me pregunto, no hay nada más interesante entre tanta página de atletismo, entre tanta cosa digna de comprar en las librerías de 18 o de Tristán Narvaja, que leer un montón de disparates escritos por un casi corredor, por favor, lean a Benedetti, a Galeano, o a Marciano Durán.
Pero no a mí.
Hay relatos imperdibles en las páginas colegas, Dc Cuervo, Alpino, Elba Reel, Pablo Lapaz, Jorge Xavier, vamos muchachos, ellos escriben mejor que yo, y cosas más interesantes, fíjense, todos son maratonistas y yo un simple 21K en 1h’55.
Quítenme esta presión, que no puedo seguir acostándome los Jueves pasada la medianoche, porque pasé todo el día pensando la crónica, pero mi hora creativa siempre es en la madrugada.
¿Conocen a alguien que después de trabajar hasta las 4 de la mañana de un viernes, llegue a su casa a escribir una crónica, sentado en la silla más incomoda que tenga para no dormirse?
¿Conocen alguno que después de dormirse a las 22 del jueves, se despierte a las 2 del viernes para escribir una crónica y después se vuelva a acostar?
¿O que el día de su cumpleaños lo termine escribiendo esto?
No respondan que no, por que ese soy yo.
Será por los años que voy sumando, pero intento rebelarme y no puedo.
Esto es ya algo adquirido, las semanas pasan y salvo un par de casos más que justificados, la crónica no falta, ya es parte de este señor que quiso ser futbolista, jugador de hándbol, de voleibol, de frontón, ciclista, nadador, que no aprendió a bailar ni a patinar y que le resulto más fácil correr.
Es un compromiso con mis 8 lectores, y con mis amigos, que espero sean más, esos que me comentan y me critican, que me mandan saludos o me llaman a las 0:01 del día que cumplo años, que me escriben en Facebook o en los minichat, por SMS o por mail, esos que no importa como, pero allí están.
Como intento estar yo todos los viernes con ustedes.
Rai, ¿para cuando el sponsor de las crónicas de viernes?
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