16 diciembre 2011

Otro Viernes.

Un atardecer en la ruta - Durazno 2011


Llueve... sale el sol, llueve… sale el sol.
Cinco kilómetros por la rambla con viento en contra, cinco con viento a favor…., un poco de arena, algo de escaleras para hacerlo más complicado.
Los músculos duelen pero es parte de la vida que elegimos. Sentir el sacrificio de enfrentar los obstáculos, sentir la satisfacción de superarlos. Saber que se puede.
Fin de año, el Centro y los shopping son hormigueros, parece que comprar el regalo para otros o para uno mismo es lo más importante siempre y cuando sea con descuento.
Gente que va y que viene, autos que hacen sonar sus bocinas intentando llegar antes a lugares donde nadie los espera.
Diciembre, mes de consumo,  mes de aguinaldo y despedidas. Los comercios llenos de compradores apurados y de vendedores cansados atendiendo mal a clientes impacientes. Niños ansiosos por sus regalos y padres preocupados por cumplir  expectativas por ellos mismos creadas.
Lo importante sería regalar la enseñanza de celebrar la vida.
Valorar lo que tenemos y no lo que queremos, eso sería suficiente.
Disfrutar el entrenamiento por haberlo hecho con quién más queremos si lo hicimos acompañados. O por haberlo hecho solos porque así lo elegimos. Disfrutarlo a pesar del viento en contra o de la arena haciendo cosquillas en nuestras piernas.
Tomar una cerveza, o dos o tres; compartir una charla sincera, una mirada franca, sentirse escuchado y ser escuchado. Cultivar la amistad, el respeto, y algunos valores que no se enseñan en la escuela y que solo se descubren en la barra de algún bar.
Llueve, entre las nubes es la luna la que se asoma, las horas pasan, el día culmina, la vida sigue, mañana será otro día y todo seguirá igual….aunque no habrá descuentos.
 

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