Pretendía continuar el próximo año en mi calidad de corredor “libre”, pero una oferta económica muy tentadora del equipo de Sayago Running, que incluye una prima por presentismo, alimentación, locomoción y estadías pagas me hizo cambiar de opinión.
Je! Je!, estaría bueno que hubiera sido así, pero en realidad ya me estaba embolando ir solo a las carreras y que nadie me gritara al llegar. Estaba necesitando tener una hinchada que me sacara fotos sin necesidad de andar recorriendo páginas web para ver si por casualidad me encontraba en algún álbum. También buscaba una nueva camiseta para mi colección y la de Sayago, aparte que es New Balance, me gusta bastante.
Pero aparte de todo esto, lo más importante es que conocí a un grupo de gente maravillosa que me permitió integrarme sin vueltas ni problemas. Gente con la que compartimos esa locura que nos identifica y que nos enorgullece, esa locura, enfermedad, obsesión o como se llame, que nos hace correr, y correr, y parece que ahora hasta andar en bicicleta, y después volver a correr.
Hace apenas una semana, terminando la NIKE, les plantee mi interés a esta gente de Sayago, de integrarme a su equipo, para mi sorpresa y alegría, la respuesta de Rai fue muy sencilla: “no hay nada que hablar, ¿Qué talle de remera sos?”
Hace una semana, y hoy en el prado ya estaba usando la camiseta azul por primera vez, sintiendo el aliento de personas que aún no conozco y que seguramente no me conocen a mi. Realmente se siente la diferencia cuando hay gente afuera que te alienta.
Gracias a todos por el recibimiento.
PD: El título del blog no cambia, porque la libertad que siento al correr seguirá estando en cada paso que doy, en cada gota de sudor, en cada latido agitado de mi corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario